Muchas personas visualizan la meseta tibetana, a veces llamada ‘el techo del mundo’, como un entorno montañoso prístino, apenas afectado por la contaminación. Sin embargo, un equipo de científicos de China y EE UU ha demostrado que la medicina tradicional tibetana (TTM, por sus siglas en inglés) expone a las personas y al medio ambiente a altos niveles de mercurio y metilmercurio. El estudio se publica en la revista Environmental Science & Technology.
“Los tibetanos ingieren mercurio a través de píldoras, fabricadas con una mezcla compleja de hierbas y minerales que aportan este y otros metales pesados, con la creencia de que tienen efectos terapéuticos”, explica el autor principal, Xuejun Wang, investigador de la Universidad de Pekín.
Se han detectado concentraciones de mercurio hasta 3.000 veces más altas en el Tibet que en otras partes del mundo
Utilizado por los tibetanos durante más de 1.000 años, TTM es una mezcla compleja de hierbas y minerales en forma de píldora. Los farmacéuticos a menudo agregan minerales a TTM que pueden contener mercurio y otros metales pesados en la creencia de que tienen efectos terapéuticos.
Ya se habían estudiado las concentraciones elevadas de mercurio total que aporta la medicina tradicional tibetana, utilizada desde hace más de 1.000 años, pero hasta ahora nadie había analizado la cantidad de metilmercurio, una de las formas más tóxicas del elemento. Wang y sus colegas se han centrado en todo el ciclo de vida del mercurio y el metilmercurio, desde su ingestión hasta su liberación al medio ambiente.
Los investigadores comenzaron midiendo sus concentraciones en siete formas habituales de TTM. Con esta información, estimaron que los tibetanos toman al día unas 34 veces más de mercurio total que las personas que viven en regiones de China con minas de mercurio, y entre 200 y 3.000 veces más que en Japón, Noruega y los EE. UU.
Respecto al metilmercurio, su consumo también es mayor en el Tíbet que en otras regiones del mundo, excepto en Japón, donde se consumen grandes cantidades de pescado marino, otra fuente importante de este compuesto.
Mercurio y metilmercurio en plantas de aguas residuales
Los datos también revelan que en 2015, los tibetanos excretaron aproximadamente 862 kg de mercurio hacia las plantas municipales de tratamiento de aguas residuales, liberando aproximadamente 3.583 kg directamente al medio ambiente, según los investigadores.
Por su parte, solo alrededor de 0,09 kg de metilmercurio llegó a las aguas residuales municipales. Sin embargo, sus niveles actuales podrían ser mucho más altos porque las bacterias en las aguas residuales convierten el mercurio inorgánico en esta forma más tóxica.
“No existe un límite de ingestión de mercurio en las leyes y normas chinas”, explica Wang a Sinc, “pero sí un límite ambiental en las aguas residuales municipales de nuestro país: 1 μg /L; un límite que no superan las aguas residuales tratadas, aunque sí las sin tratar”.
Los autores del estudio lanzan tres recomendaciones: “investigar más sobre la bioaccesibilidad del mercurio en las píldoras y medicamentos, establecer límites para el mercurio utilizado en los fármacos y buscar alternativas para que no tenga que incorporar mercurio”.
Referencia bibliográfica:
Xuejun Wang et al. “Traditional Tibetan Medicine Induced High Methylmercury Exposure Level and Environmental Mercury Burden in Tibet, China”. Environ. Sci. Technol., 18 de julio de 2018. Doi: 10.1021/acs.est.8b01754.