Habitualmente se piensa en la memoria como una especie de baúl con cosas pasadas, que se recupera como un objeto antiguo. Sin embargo, la memoria es la que que permite tener elementos para orientar acciones sociales, aseguró Norma Esther García Meza, integrante de la línea de investigación Prácticas culturales y construcción de la memoria del Centro de Estudios de la Cultura y la Comunicación (CECC) de la Universidad Veracruzana (UV).
“La memoria no tiene que ver, necesariamente, con el pasado, tiene que ver con lo que permite, en este momento vivencial, orientar las acciones, las prácticas, la vida cotidiana de las personas”, precisó.
La memoria se entrecruza con hechos históricos, con la vida cotidiana de las personas de generaciones anteriores, pero lo destacable es cómo permite que todas aquellas sumas de voluntades por hacer y decidir acciones, permite a la sociedad actual vislumbrar caminos de tránsito, dijo.
Para García Meza, la memoria es la que permite avanzar como grupos sociales. A manera de ejemplo mencionó que los jóvenes de hoy se nutren de las experiencias de las generaciones anteriores, las aprenden y modifican, para continuar su camino.
Hay soportes simbólicos y materiales en las que está inscrita la memoria, y en el caso de la académica entrevistada, trabaja con las lápidas ubicadas en las aceras de las calles de la ciudad, que califica como marcas de donde ocurrió una muerte violenta.
Norma Esther García Meza participó en la Mesa redonda “Alcances y retos en la investigación sobre prácticas culturales y construcción de la memoria” el viernes nueve de agosto, como parte de las Jornadas de apertura de la segunda generación de la Maestría en Estudios de la Cultura y la Comunicación que imparte el CECC.
En esa Mesa Redonda también participaron Leticia Cufré Marchetto y Edgar García Valencia, integrantes de la citada línea de investigación, así como Gabriela Sánchez Medina, Ariadna Alvarado López y Ramón Alvarado de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo.
Edgar García Valencia, también coordinador de la Maestría, añadió que esta línea se ocupa de las transformaciones de los medios de comunicación -prensa, radio, televisión, fotografía, cine, nuevas tecnologías y otras-, a través del tiempo, de los factores que las han provocado -económicos, políticos, culturales, tecnológicos y sociales- y, utilizando las herramientas de la historia cultural, analiza los cambios ocurridos en el uso de estos medios, su relación con la vida cotidiana, las prácticas de lectura, el consumo cultural, entre otras.
Se ocupa, asimismo, del trabajo de reconstrucción histórica de la memoria-a través de documentos y de otras fuentes no habituales como la tradición oral, las historias de vida, la lírica popular, la observación participante, entre otras- y de la documentación de las tradiciones vivas por medios impresos o audiovisuales, concluyó.