Un estudio publicado en la revista Ardeola de la organización conservacionista SEO/BirdLife revela una curiosa conducta en el piquero pardo (Sula leucogaster): las montas inversas que realizan las hembras promiscuas de esta especie de ave marina de la familia de los alcatraces. 

El trabajo liderado por Natalia Gañán, del departamento de Ecología Evolutiva de la Universidad Nacional Autónoma de México, explica que durante el cortejo, son las hembras de esta ave las que montan al macho.

Los investigadores comprobaron que el 12% de las parejas observadas (4 de 33) tuvieron esta conducta, además de estudiar otros parámetros relacionados con el cortejo. Así, comprobaron que las hembras que realizaron montas inversas fueron más infieles que aquellas que no mostraron este comportamiento, y los machos emparejados con hembras que realizaron monta inversa tuvieron una mayor probabilidad de copular con otras hembras distintas.

Sin embargo, la probabilidad de puesta de las parejas que realizaron ambos tipos de cópula no difirió. Según los científicos, la función de esta conducta y los mecanismos que modulan las montas inversas en las hembras promiscuas ‘»necesitan estudiarse más a fondo'».

Alberto Velando, de la Universidad de Vigo y miembro del Comité Científico de SEO/BirdLife, explica que en muchas especies de aves se han documentado casos en los que las hembras montan a los machos, “pero la función de este comportamiento es un misterio. Al ser una conducta muy poco frecuente, tradicionalmente se había considerado como una conducta aberrante. El artículo describe la monta inversa en el piquero pardo y encuentra que está asociada a la conducta promiscua de la hembra. Este es el primer trabajo que halla diferencias entre las hembras que realizan montas inversas y las que no”, explica este investigador experto en aves marinas. 

Un estudio previo en el cormorán moñudo había documentado un alto porcentaje de montas inversas en el periodo de formación de pareja. “Muchas especies de Pelecaniformes tienen un apareamiento promiscuo, en el que un macho y una hembra forman una pareja, y ambos incuban y crían a los pollos, pero es frecuente que copulen con otros individuos”, indica Velando.

Las observaciones realizadas por Natalia Gañán y su equipo señalan que las hembras que realizan montas inversas además cortejan con machos que no son su pareja. Los investigadores sugieren que un alto nivel de testosterona podría explicar la asociación entre la conducta promiscua y las montas inversas.

”En pelecaniformes, los mecanismos que regulan los cambios de pareja y las copulas extrapareja no son muy conocidos, tal vez la monta inversa refleje un conflicto de la pareja. Este trabajo señala claramente que las montas inversas no se producen al azar, por lo que necesitamos prestarle más atención a este comportamiento para desentrañar su significado”, concluye Velando.

(SINC)

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