La Corte Internacional de Justicia (CIJ) de la ONU ha dictaminado hoy que el programa de caza de ballenas en la Antártida de Japón no es para fines científicos.
A pesar de la existencia de una moratoria internacional sobre la caza comercial de ballenas, que Japón acordó en 1986, este país caza cientos de estos mamíferos marinos en aguas de la Antártida cada año. Australia, con el apoyo de Nueva Zelanda, presentó el caso ante la CIJ en mayo de 2010. Los responsables políticos japoneses argumentaban razones científicas para esta práctica.
La Corte considera que el programa de caza de ballenas de Japón en el Antártico (JARPA II) no está en consonancia con tres disposiciones del Anexo a la Convención Internacional para la Regulación de la Caza de Ballenas. Este fallo es vinculante y no permite recurso.
Asimismo, ha explicado en un comunicado que ha decidido por 12 votos a favor y cuatro en contra, que Japón deberá revocar cualquier autorización existente, permiso o la licencia concedida en relación con JARPA II y “abstenerse de conceder los permisos adicionales para la consecución de ese programa”.