La humanidad vive un momento en el que la paz es una tarea lejana, y en medio de un clima adverso hay que buscar las alternativas, generar las capacidades para prever un futuro que hoy se presenta con escasas posibilidades en lo inmediato, consideró el doctor Guillermo Garduño Valero, profesor-investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
El académico del Departamento de Economía de la Unidad Iztapalapa reiteró que “es el momento en el cual la humanidad debe pensar que la paz es la única opción de nuestra existencia como especie, es nuestra gran oportunidad o la derrota”.
Además “es la única garantía que tenemos, si deseamos seguir siendo humanos”, concepto planteado por Karl Popper; “es una tarea universal que nos involucra a todos”.
El doctor Garduño Valero señaló que la paz no debe ser una utopía e indicó que la solución no está en la respuesta tecnocrática, las religiones, porque estafan la buena fe y buscan el dominio sobre las personas; ni tampoco en las ideologías, porque convierten a los hombres en peones para el sacrificio.
Al hablar sobre el Día Internacional de la Paz, a celebrarse hoy, dijo que su importancia reviste en el hecho de que pretende evitar las múltiples formas de violencia que se manifiestan en el mundo.
“Las fechas conmemorativas no son sólo para recordarse por un día; su objetivo es crear un principio de pertenencia e identidad para trabajar y colaborar hacia un fin establecido, rememorar en el sujeto la serie de valores que debe asumir durante toda su existencia”.
El investigador consideró que hay que aspirar al bienestar generalizado de la población; a partir de ello se puede edificar la paz, la verdadera democracia. “La vida sólo puede surgir en medio de condiciones de no agresión, respeto mutuo, de necesaria interdependencia y del reconocimiento de la mutua afectación”.
El experto en seguridad nacional y fuerzas armadas aseguró que en la guerra no existe la victoria para ninguno de los componentes, “sencillamente hay el envanecimiento de unos y la humillación de otros”.
Los factores que abonan a la inestabilidad son diversos; entre ellos: los bloques económicos a nivel mundial confrontados entre sí y que conducen a guerras de carácter regional en diversas latitudes –Irak, Afganistán, Oriente Medio, África– y una profunda inestabilidad en América Latina, incluso bajo la forma del crimen organizado, en medio de una situación de injusticia.
Otro elemento es la impresionante crisis migratoria que provoca admiración en Europa, pero “no vemos las deplorables condiciones que padecen miles de migrantes que pretenden llegar a Estados Unidos”.
(UAM)