Un equipo internacional de investigadores describe en un artículo publicado en la revista Journal of Human Evolution la pelvis Pau, encontrada en el Abocador de Can Mata (els Hostalets de Pierola) hace ocho años.

El estudio de la pelvis aporta una valiosa información sobre la forma de desplazarse de los primates, pero son pocas las que se han recuperado del registro fósil de los hominoideos del Mioceno.

Hasta ahora, apenas se habían descrito dos pelvis, que pertenecían a Proconsul nyanzae, un primate de la familia proconsúlidos que vivió en África hace unos 18 millones de años, y a Oreopithecus bambolii, un hominoideo hace unos 8 millones de años.

En el artículo, que firman la investigadora Ashley Hammond de la Universidad de Misuri y los investigadores David M. Alba, Sergio Almcécija y Salvador Moyà-Solà, del Institut Català de Paleontologia Miquel Crusafont, se describe la pelvis dePierolapithecus catalaunicus (popularmente conocido como Pau), un hominoideo que vivió hace unos 12 millones de años en la zona del Vallés-Penedés.

Del esqueleto de Pau se recuperaron 83 huesos o fragmentos de hueso, dos de los cuales corresponden a la pelvis y han sido analizados en detalle en este artículo.

Trepar con el tronco erecto

La pelvis de Pau está compuesta por un fragmento del ilion –el hueso de la parte superior de la pelvis– y otro del isquion –en la parte baja y trasera del coxal–.

Pese a que el fragmento del isquion del que se dispone es muy pequeño, su forma se parece a la que presenta Proconsul nyanzae, lo que sugiere una forma más bien primitiva.

Otros estudios del esqueleto postcraneal han corroborado que Pau presentaba aún adaptaciones primitivas para el desplazamiento cuadrúpedo por encima de las ramas.

El ilion de Pau, en cambio, presenta algunas diferencias respecto a la forma que se observa en Proconsul nyanzae. Una parte del éste (la llamada ala ilíaca) es más ancha que en la mayoría de monos y que en P. nyanzae.

Al mismo tiempo, otra parte del ilion (la tuberosidad ilíaca) se estima que tenía una anchura intermedia entre la que se observa en los hominoideos extintos y los monos, lo que refuerza la hipótesis de que Pau se podía desplazar en una postura ortógrada (con el tronco erecto) que le permitía trepar verticalmente.

El estudio también sugiere que algunas características morfológicas de las pelvis compartidas por los homínidos actuales habrían evolucionado independientemente en paralelo, en vez de haberse heredado a partir de un ancestro común.

Referencia bibliográfica:

Hammond, A.S., Alba, D.M., Almécija, S. & Moyà-Solà, S. (Published on line). “Middle Miocene Pierolapithecus provides a first glimpse into early hominid pelvic morphology”. Journal of Human Evolutionhttp://dx.doi.org/10.1016/j.jhevol.2013.03.002

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