“El destino de la humanidad depende de la diversidad biológica, de la riqueza y variedad de los seres vivos del planeta”, al grado que la perdida de biodiversidad amenaza el sustento de más de 1,000 millones de personas en el mundo, apunta la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en la conmemoración éste 22 de mayo, del Día Internacional de la Diversidad Biológica 2015.
La diversidad biológica, remarca la Organización, “es esencial para el desarrollo sostenible y para el bienestar de los humanos, y clave para reducir la pobreza”.
La diversidad biológica, o biodiversidad –define la misma ONU-, es la amplia variedad de seres vivos sobre la Tierra y los patrones naturales que conforma:
“La diversidad biológica que observamos hoy es el fruto de miles de millones de años de evolución, moldeada por procesos naturales y, cada vez más, por la influencia del ser humano. Esta diversidad forma la red vital de la cual somos parte integrante y de la cual tanto dependemos.
Con frecuencia, se entiende por diversidad la amplia variedad de plantas, animales y microorganismos existentes. Hasta la fecha, se han identificado unos 1,75 millones de especies, en su mayor parte criaturas pequeñas, por ejemplo, insectos. Los científicos reconocen que en realidad hay cerca de 13 millones de especies, si bien las estimaciones varían entre 3 y 100 millones”.
La ONU apunta que hay más de 4 mil 600 millones de personas en el mundo que dependen de la diversidad biológica: 3,000 millones trabajan con la biodiversidad marina y de los litorales para subsistir y otros 1,600 millones dependen de los bosques.
Así, la degradación de nuestro planeta y la pérdida de biodiversidad amenazan el sustento de más de 1,000 millones de personas que viven en zonas secas y subhúmedas.
En este sentido Ban Ki-moon, Secretario General de la ONU apunta que “la protección de los ecosistemas y la facilitación del acceso a los servicios de los ecosistemas por los grupos pobres y vulnerables son esenciales para erradicar la pobreza extrema y el hambre. La reducción de la deforestación y la degradación de la tierra y el aumento de las reservas de carbono en los bosques, las tierras secas, los pastizales y las tierras de cultivo generan importantes beneficios sociales y económicos y son medios económicos para mitigar el cambio climático”.
Por todo ello –puntualiza la ONU-, es importante que las estrategias para la protección de la biodiversidad también incluyan medidas para la protección de la pobreza y la promoción de un desarrollo sostenible.