Texto de “La resurrección de Lázaro”, de “Misterio Bufo”, de Darío Fo
Versión de Federico Ferrogay, publicada por la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez:
—¡Dispense! ¿Es éste el cementerio o camposanto en donde van a hacer la resurrección de Lázaro?
—Sí, es éste
—Ah, bien
—Un momento, diez centavos para entrar
—¿Diez centavos?
—Que sean dos
—¿Dos centavos? ¡Ah, jijo! ¿Y por qué?
—Porque yo soy el guardián del cementerio y ustedes vienen aquí a aplastarlo todo, me echan a perder los setos, me pisan el pasto y yo tengo que recibir una compensación por todo esto Así que dos centavos o no ven el milagro
—¡Bien! ¡Cómo se ve que te quieres pasar de listo!
—Ustedes también: dos centavos No me importa un chingo si tienen niños Ellos también miran Bien, bien, de acuerdo que los niños paguen un centavo ¡Tú, hijo de la chingada, bájate del muro! ¿Quieres verlo gratis el milagro, no? Hay que pagar dos centavos No, no me has pagado Ustedes también dos centavos, hay que pagar para entrar
—Ese sí que es listo: quiere enriquecerse a costa de los milagros Ahora hay que ver en dónde está Lázaro ¡habrá el nombre en la tumba! Otra vez vine a ver el milagro de otro, me quedé medio día esperando y el milagro lo hicieron en el fondo Me quedé aquí mirando como un pendejo, pero esta vez conozco el hombre, estoy enterado, encuentro el nombre en la tumba y así voy a ser el primero Lázaro (buscando) Me pongo Lázaro Me pongo delante de la tumba y quiero verlo todo desde el principio, ¿está claro? ¿Lázaro? Pero, ¿qué me gano con encontrar el nombre si no sé leer? Eh bien, ¡lo adivino! Estoy aquí La vez pasada me fue mal y espero que ahora me vaya mejor Y ahora, ¿qué pasa? ¡No, no empecemos a empujar! ¡Yo llegué primero y quiero estar adelante! ¡No me importa si eres chaparro! ¡Los chaparros llegan temprano para agarrar lugar! Eres listo, ¿verdad? Eres chaparro y te colocas adelante ¿Hagamos la escalerita? ¡Los chaparros adelante y los altos atrás! ¡Y luego el chaparro llega después y es como si hubiera llegado antes! ¡No empujen, que me hacen caer en la tumba! ¡Pendejo! No me importa, quédate atrás ¡Eh! ¡Ah! ¡Ahora también las mujeres empujan!
—¿No llega? ¿No es ésta la hora para este milagro?
—¿No hay alguien que conozca a este Jesucristo y que vaya a apurarle? Ya llegamos, ¿no? No podemos estarnos aquí todo el día
—¡Pongan un horario y respétenlo!
—¡Sillas! ¿Quién quiere sillas? ¡Mujeres, tomen una silla! ¡A dos centavos una silla! Tomen una silla para sentarse, mujeres, que cuando el Santo hace el milagro y hace salir a Lázaro de pie que habla, canta y se mueve, les va a dar un soponcio y se pueden caer y darse un cabronazo en una piedra y quedarse tirutas ¡Muertas! Y el Santo hace un solo milagro por día ¡Tomen una silla! ¡Dos centavos!
—Anda, este tipo no piensa más que en el dinero
—Entonces, ¡no hay nadie que vaya?
—¡No empujen! ¡No me interesa!
—¡No te trepes en la silla! ¡Ah, maldito! ¿lo han visto? Como es chaparro se sube en la silla
—Y no te apoyes que estamos delante de la tumba y
—¿Llega? ¿No llega?
—Sardinas ¡Dulces, las sardinas! ¡Dos centavos, las sardinas! ¡Dulces! ¡Asadas! ¡Ricas! ¡Ricas, las sardinas! ¡Que hacen resucitar a los muertros! ¡Dos centavos! Sardinas sardinas denle a Lázaro para que se haga el estómago
—¡Cállate, blasfemo!
—Bueno
—¡Llega! ¡Llega! ¡Está aquí!
—¿Quién es? ¿Cuál es?
—Jesús
—¿Cuál es?
—¡El prieto? ¡Híjole, qué mirada más fea!
—¡No, no! ¡Ese es Marcos!
—¿El de atrás?
—¿Quién es? ¿El alto?
—No El chaparro
—¿Ese jovencito?
—Ese de la piocha
—¡Pero si parece un jovencito! ¡Qué carajo!
—¡Mira! ¡Ahí están todos!
—Eh, Juan! A Juan lo conozco ¡Juan! ¡Jesús!
—¡Qué simpático es Jesús!
—¡Mira! ¡Está también la Virgen! Están todos los parientes Y siempre lo sigue toda esa gente
—¡No lo dejan salir solo porque está un poco lorenzo!
—¿Jesús? Simpático, me guiñó un ojo
—¡Jesús, Jesús! Repite el milagro de los panes y los pescados: ¡De veras que eran ricos 1
—Cállate, blasfemo: ¡estate quieto!
—¡Silencio! De rodillas, ha hecho señas de arrodillarse: hay que rezar
—¿En dónde está la tumba?
—¿Eh? Es aquélla
—¡Mira, nomás! Ha mandado quitar la piedra tumbal
—¡Oh la piedra!
—¡Cállate!
—¡De rodillas, de rodillas, todos de rodillas!
—¡Yo no! Yo no me arrodillo, porque no creo en nada ¡Faltaba más!
—¡Cállate!
—Déjame ver
—¡No! Bájate, bájate de la silla
—¡No! ¡Déjame subir que quiero ver!
—¡Híjole! ¡Mira! Han levantado la piedra y adentro está el muerto
—¡Es Lázaro que apesta! ¿Qué es pues esta peste?
—¡Jijo!
—¿Qué es?
—¡Cállate!
—¡Déjame ver!
—Está lleno de gusanos, de tábanos! ¡Híjole! Por lo menos tiene un mes de muerto, ése Está podrido ¡Qué chingadera! ¡Qué broma más pesada! ¡Esta vez no lo logra, pobre pendejo!
—¡No hay duda de que no da el ancho, no lo logra! Imposible resucitarlo ¡Está podrido! ¡Qué broma! ¡Qué jodidos! ¡Le dijeron que tenía tres días de muerto! ¡Hace un mes por lo bajito! ¡Qué papelón!
—¡Pobre Jesús!
—¡Y yo te digo que lo logra! ¡Ese es un Santo que puede incluso resucitar a un muerto de un mes, ya completamente podrido!
—¡Y yo te digo que no da el ancho!
—¿Quieres apostar?
—Pos, ¡apostemos!
—¡Sí! ¡Dos centavos! ¡Tres centavos! ¡Diez centavos! ¿Qué quieres apostar?
—¿Y yo los guardo? ¿Te fías? ¡Se fía! ¿Nos fiamos todos? De acuerdo, entonces yo guardo la lana
—¡Callados! ¡Pongan atención! ¡Todos de rodillas! ¡Silencio!
—¿Qué hace?
—Reza
—¿Te quieres callar?
—¡Te lo digo! ¡Lázaro, levántate!
—Se lo puede decir e incluso cantar: los únicos que se pueden levantar son los gusanos
¿Levantarse?
—¡Calláte! ¡Se han arrodillado!
—¿Quién? ¿Jesús?
—¡No! ¡Es Lázaro! ¡Ah, jijo!
—Déjate de bromas, esto es imposible
—Déjame ver
—¡Mira! ¡Ya está de pie, avanza, cae, avanza, está de pie!
—¡Milagro! ¡Oh, milagro! ¡Oh, Jesús, dulce creatura, y yo que no creía!
—¡Bravo Jesús!
—Gané la apuesta, págame, no te pases de listo
—¡Jesús, bravo!
—¡Mi bolsa! ¡Me la robaron! ¡Pinches ratas!
—¡Bravo, Jesús!
—¡Rata!
—¡Jesús, bravo! ¡Bravo, Jesús! Pinche rata
* Referencia del episodio en los Evangelios: Juan XI 1-44 En este “misterio” se hace una contrastación entre dos interpretaciones del milagro Una que forma parte del exhibicionismo de lo sobrenatural que es una constante de muchas religiones, incluyendo la católica En esta situación se intenta demostrar que Dios es el autor último del milagro a través del cual manifiesta siempre su presencia majestuosa y arrolladora, como para demostrarnos el inmenso poder que ejerce sobre nosotros Esta interpretación el pueblo la satiriza ferozmente presentando al milagro como la exhibición de un prestidigitador, de un mago avezado Según el pueblo, el milagro es simplemente la demostración del amor que la divinidad tiene para el hombre