Irving Morales Agíss, egresado de la Facultad de Instrumentación Electrónica de la Universidad Veracruzana (UV), participó en el X Encuentro Xalapeño de Física y dictó la conferencia “Análisis de series de tiempo no-lineales y no-estacionarias” y puso énfasis en los patrones que parecen regir toda actividad molecular y nuclear.
El actual investigador en el Instituto de Ciencias Nucleares de la UNAM, señaló que por vez primera en la historia de la humanidad tenemos a la mano más información de la que podemos absorber y analizar.
Explicó que en ello juegan un rol importante los patrones que podemos observar en prácticamente todo nuestro entorno; su representación nos ilustra acerca de las características únicas y singulares en una determinada voz, de las marcas en las aletas de la cola en las ballenas, en el “labrado” superficial de las conchas de las tortugas, las formas de los cactus, la superficie de una grabación discográfica y los pulsos del primer cuásar (objeto energético) medido por el ser humano.
Pero además, la representación gráfica de los mismos patrones suele ser hermosa visualmente y presenta atractivos como la simetría absoluta, a veces es simétrica en sólo algunos de sus ejes y otros patrones resultan totalmente asimétricos. Algunos pueden ser investigados en términos matemáticos formales y es interesante ver cómo algo totalmente visual nos conduce al mundo de las ecuaciones.
El especialista mostró una gráfica publicada el año pasado por la revista científica norteamericana, Nature, en que se muestra el registro de los incidentes violentos suscitados en diversas partes del mundo. “Muchos deducen que los índices máximos se dan con cierta periodicidad, por lo general cada 50 años más o menos. Por supuesto, los historiadores indican que eso no puede ser, que los hechos violentos son producto de eventos puntuales y de seres humanos interactuando”.
Morales Agíss pronto reconoció que el análisis de los patrones citados no conduce a muchos renglones de la sociología y la vida contemporánea, como los hechos relacionados con la denominada “Primavera árabe”, que parecen guardar relación con la carestía a nivel internacional de granos como el trigo.
Uno de los puntos más elevados en una gráfica mundial de hechos violentos apunta hacia 2011 y 2012. En Egipto, por ejemplo, el precio de los alimentos condujo al Estado a una inestabilidad en que bastaba cualquier chispa para desencadenar el estallido social.
Otros patrones se estructuran mediante la observación de las parvadas en vuelo, cuando miles de aves se comportan como si obedeciesen a una sola indicación. Lo mismo ocurre con los bancos de peces, en que innumerables individuos se mueven coordinadamente.
“Nos ha correspondido un lugar en la historia en que estamos en medio de una revolución de datos. Podemos registrar en gráfica los tweets que se manejan en la ciudad de Nueva York en portugués o cualquier idioma que se nos ocurra; el índice de homicidios que registran las colonias de Monterrey o en todo Estados Unidos en el último medio siglo. Ya no se requiere de encuestadores para saber cuál es la tendencia política en determinado lugar del planeta. Mediante estos patrones podremos averiguar la intención del voto de los ciudadanos o las zonas más peligrosas.”
La industria de la cultura, el entretenimiento y el arte no escapan a ello y cada quien hace con la revolución de datos lo que quiera. Finalmente indicó: “Mi consejo es: súbanse a esa revolución, porque tiene un mercado potencial enorme”.