La situación laboral en México se caracteriza por una profunda caída salarial que afecta drásticamente la capacidad adquisitiva de la clase trabajadora, en un contexto donde  gobierno, iniciativa privada y sindicatos carecen de alternativas para frenar este proceso regresivo.

 

Esta condición se acentúa porque los trabajadores y sus organizaciones sindicales nacionales no ofrecen ningún tipo de resistencia, señaló el doctor Enrique de la Garza Toledo, Profesor Distinguido de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).

 

En la presentación del libro La situación del trabajo en México 2012. El trabajo en la crisis, en el que participa como compilador, el investigador de la Unidad Iztapalapa expuso que en el caso de México, “el crecimiento del Producto Interno Bruto por habitante en los últimos años ha sido insatisfactorio, como lo reflejan las cifras del 2000 al 2009 que muestran un incremento de 1.5 por ciento anual”.

 

El especialista del Departamento de Sociología destacó que entre 1980 y 2009 el salario mínimo real cayó 68.4 por ciento, mientras que el sueldo de los contratos colectivos  decreció 50.5 por ciento.

 

Los trabajadores que carecen de seguridad en salud representan 65.6 por ciento de la población ocupada y el personal sindicalizado ha caído –entre 2005 y 2010– de 16.7 por ciento a 14.5 por ciento de la población económicamente activa.

 

El experto en procesos del trabajo y sindicalismo, miembro del Sistema Nacional de Investigadores nivel III, comentó que el número de huelgas se ha reducido sustancialmente “al grado que en 2012 sólo se presentó una con carácter federal”.

 

El también especialista en estudios laborales y relaciones industriales sostuvo que “es mentira que a los empresarios no les importe el trabajo, pues están profundamente involucrados en el proceso de precarización y desprotección, como lo demuestra la reforma laboral y el modelo productivo”.

 

De la Garza Toledo, Premio Nacional de Ciencias y Artes 2009, consideró que no se vislumbra un cambio sustancial que revierta las condiciones actuales de precarización del trabajo, “sólo se puede esperar más de lo mismo”, en el sentido de mayores pérdidas en las prestaciones económicas y laborales.

 

El trabajo, pese a que diversas tesis del neoliberalismo lo consideran marginal y lo deslegitiman, “continúa siendo importante en la generación de valor agregado como sucede en la industria maquiladora.

 

En la cadena productiva a nivel internacional, dependiendo de las ramas y país, “el costo laboral tiene importancia diferenciada y, sin embargo, la flexibilidad del trabajo es una temática empresarial de primer orden”, indicó el doctor en sociología por El Colegio de México.

 

Citó el caso de España, en el que las medidas gubernamentales y empresariales se centran en los recortes de empleos y de prestaciones en la seguridad social para salir de la crisis. En México, explicó, se impuso una nueva Ley laboral que establece el salario por hora, además de que institucionaliza el outsourcing y otras formas de precarización como los contratos por aprendizaje y a prueba.

 

El libro La situación del trabajo en México 2012. El trabajo en la crisis incluye las colaboraciones de 37 especialistas de diversas instituciones de educación superior que abordan diversos aspectos de la situación laboral como el mercado de trabajo, el desempleo, los salarios, sindicatos y relaciones laborales, entre otros.

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