Las revelaciones del ex analista de la Agencia de Seguridad Nacional de Estados Unidos (NSA, por siglas en inglés), Edward Snowden, sobre un programa secreto estadounidense de espionaje a nivel mundial, generaron en 2013 una tempestad que golpeó las relaciones de ese país con América Latina.
De acuerdo con las informaciones entregadas al diario británico «The Guardian», se trata de un programa informático denominado PRISM, a través del cual se obtienen datos confidenciales de los ciudadanos marcados como objetivos.
Entre estos datos se encuentran correos electrónicos, videos, chat de voz, fotografías, direcciones IP (Internet Protocol), notificaciones de inicio de sesión, transferencia de archivos y perfiles en redes sociales.
El programa de espionaje se complementa con la intervención de comunicaciones internacionales.
De acuerdo con Snowden, la NSA espió las comunicaciones de la Unión Europea mediante la intervención de las oficinas del organismo en Washington, y también se revelaron escuchas ilegales en Bruselas, en la sede del Consejo de Ministros y el Consejo Europeo.
Asimismo, se informó que los servicios secretos estadounidenses desarrollaron operativos similares en al menos 38 embajadas y diversas misiones diplomáticas en países aliados de Europa como Alemania y Francia, pero también en naciones asiáticas como China, Corea del Sur, India y Japón.
ESPIONAJE EN AMERICA LATINA
Uno de los casos más recientes en América Latina, es el denunciado espionaje contra la mandataria de Brasil, Dilma Rousseff, y contra el candidato presidencial mexicano Enrique Peña Nieto, ahora presidente.
Según los documentos entregados al diario británico, los servicios de inteligencia de Estados Unidos espiaron las operaciones de la petrolera brasileña Petrobras, así como informaciones sobre Peña y sobre el sector energético mexicano.
En el caso de México -tercer socio comercial de Estados Unidos después de Canadá y China-, el gobierno federal no reaccionó de inmediato, y lo hizo más tarde ante la presión de políticos opositores.
En una gira presidencial, el presidente Peña Nieto reclamó al gobierno de Estados Unidos una explicación sobre las revelaciones de que el país fue objeto de espionaje, y consideró que «sería totalmente inaceptable» si esto hubiera ocurrido.
El mandatario dijo a periodistas que la cancillería mexicana pedirá a Washington un informe sobre «toda esta especulación, estos temas que han surgido en la prensa».
Peña Nieto aclaró que no hay ninguna alteración en el clima de respeto y cordialidad con la administración de Barack Obama, pero insistió en su interés por «una explicación que esclarezca estos señalamientos o estas afirmaciones que se han hecho sobre un eventual espionaje, que queremos conocer si es tal, y (de serlo) resulta totalmente inaceptable».
Hasta el momento, el gobierno estadounidense no ha dado una explicación satisfactoria a México.
Más tarde, el 21 de octubre del presente año, el diario alemán «Der Spiegel» informó -con base en los documentos de Snowden- que Estados Unidos también espió en 2010 al presidente mexicano Felipe Calderón (2006-2012) y a otros miembros de su gabinete.
El espionaje contra Calderón, dijo el medio alemán, no sólo incluyó temas de seguridad nacional y narcotráfico, sino también de economía y comercio internacional.
En octubre, durante una comparecencia en el Senado, los legisladores pidieron una explicación sobre el asunto al canciller José Antonio Meade, quien insistió en que el gobierno mexicano «fue claro y contundente» al exponer su inconformidad.
En cambio, la presidenta de Brasil, Dilma Roussef, al enterarse del espionaje contra su gobierno, canceló de inmediato un viaje oficial a Estados Unidos programado para el 23 de octubre.
Asimismo, llevó el tema a la Asamblea General de Naciones Unidas a finales de septiembre.
Según los documentos filtrados por Snowden, al igual que en el caso de México, los recursos energéticos de Brasil destacan entre los objetivos de espionaje de la NSA.
Rousseff propuso entonces ante la ONU un nuevo marco normativo que regule las actividades en internet para evitar el espionaje ilegal.
Asimismo, se anunció la implementación de un nuevo correo electrónico en el gobierno brasileño para mantener a salvo las comunicaciones oficiales de los funcionarios.
Otros tres países de América Latina se han visto involucrados en el caso Snowden: Ecuador, Venezuela y Nicaragua.
Ecuador entró al asunto después que Snowden le solicitó asilo tras ser acusado el 13 de junio, por el gobierno de Estados Unidos, de espionaje y robo de propiedad del gobierno.
El 29 de junio, el presidente de Ecuador, Rafael Correa, reveló que el vicepresidente estadounidense Joe Bidden le pidió telefónicamente que no concediera asilo a Snowden.
Un día antes, el ministro del Interior, José Serrano, anunció que el gobierno de Ecuador decidió renunciar a la preferencias arancelarias que le otorga Estados Unidos, y advirtió que no acepta presiones ni amenazas de nadie mientras se espera la respuesta a la solicitud de asilo de Snowden.
En cuanto a Venezuela, el presidente Nicolás Maduro informó el 8 de julio que recibió una petición formal de asilo de Snowden, sumándose a Nicaragua, Bolivia, Ecuador y Cuba como posibles destinos para el ex agente requerido por Estados Unidos.
Finalmente, Snowden logró que Rusia le otorgara un asilo por un año, y abandonó el aeropuerto de Sheremetievo -donde había permanecido en espera de respuesta a sus solicitudes- a un lugar desconocido en territorio ruso.
MAS REACCIONES DE BRASIL Y VENEZUELA
En el caso de Brasil, el gobierno de Rousseff anunció el 28 de noviembre que selló un contrato por 562 millones de dólares para fabricar un nuevo satélite geoestacionario de comunicaciones estratégicas para detener el espionaje.
El consorcio Visiona Tecnología Espacial -asociación entre Telebras (telefónica estatal brasileña) y Embraer (Empresa Brasileña de Aeronáutica)- se encargará de fabricarlo, operarlo y ponerlo en órbita en 2016.
En el caso de Venezuela, el ministro para Relaciones Interiores, Justicia y Paz, Miguel Rodríguez Torres, dijo que su país es uno de los objetivos de espionaje de Estados Unidos, porque acumula una «riqueza gigantesca» de recursos naturales.
«Cualquier país, cualquier imperio que ve reducirse sus reservas petroleras, que paulatinamente ve reducirse sus capacidades de producción de energía, va a ver en Venezuela, indudablemente, un espacio tentador para controlar», afirmó.
La semana pasada «The New York Times» publicó un memorando oficial de la NSA de 2007 filtrado por Snowden, en el que se asegura que Venezuela encabezó una lista de objetivos clave para el espionaje en ese año.
La agencia estadounidense se mostró entonces preocupada de que la influencia del gobierno de Hugo Chávez (creador de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América, ALBA) perturbase los intereses de Estados Unidos en América Latina.
RELACIONES EEUU-AMERICA LATINA
Las relaciones entre el gobierno estadounidense y algunos países de América Latina han sido especialmente tensas durante 2013, principalmente por las revelaciones de espionaje hacia la región por parte de las agencias norteamericanas.
Para el investigador canadiense, Jean Guy Allard, experto en las relaciones Estados Unidos-América Latina, el espionaje no constituye una sorpresa para nadie, porque «cada día más Estados Unidos asume posturas similares a las dictaduras, donde lo único que respeta es a las grandes corporaciones y se empeña en justificar ante la opinión pública delitos tan graves como el espionaje a sus propios ciudadanos y al resto del mundo».
En declaraciones a Xinhua, Allard indicó que «bajo el pretexto de la lucha contra el terrorismo, la Casa Blanca invade la privacidad de la comunidad internacional, interfiere secretos de Estado de las naciones y eso es muy grave».
Por su parte, el politólogo venezolano Jesús Silva, en entrevista con Xinhua, indicó que el comportamiento de Snowden al revelar esta violación de Washington, restituye los lineamientos jurídicos internacionales, pues Estados Unidos no sólo quebrantó el artículo 12 de la Declaración Universal de Derechos Humanos, sino también la Cuarta Enmienda de su carta magna.
«Snowden refleja las contradicciones internas de un sistema decadente que si bien tiene un gran poderío militar, económico, político y comunicacional, lo cierto es que cada vez con mayor fuerza surgen colectivos emergentes y organizaciones no gubernamentales que expresan su inconformidad con el sistema», dijo el especialista.
Desde ese punto de vista, Snowden se convierte en una figura importante y en un testigo de lo que es capaz la Casa Blanca para alcanzar sus objetivos, por lo que esto le da mayores razones al mundo para unirse y revertir el liderazgo imperialista de Estados Unidos», agregó el analista.
PERSPECTIVAS DE LA DIFICIL RELACION
Como han expresado algunos medios estadounidenses, el caso Snowden enfrió la relación América Latina-Estados Unidos.
De acuerdo con un despacho del periodista Deb Riechmann, de la agencia estadounidense AP, «la región (América Latina) está fermentando viejas rencillas exacerbadas por el escándalo sobre Edward Snowden (…) Venezuela, Bolivia y Nicaragua de antemano se han manifestado dispuestos a conceder asilo a Snowden (…)
«Las relaciones de Estados Unidos con esos países ya eran poco amigables. Pero el caso de Snowden también ha socavado el esfuerzo del gobierno del presidente Barack Obama de mejorar las relaciones con naciones más amigables en la región, como México y Brasil», agregó.
Por su parte, el ex consultor sobre América Latina para la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado norteamericano, Carl Meacham, dijo que «el efecto que ha tenido el caso Snowden sobre los revitalizados esfuerzos para volver a reforzar las relaciones con América Latina ha sido como un balde de agua fría».
Agregó que no detendrá los acuerdos comerciales, ni la cooperación técnica, pero será más difícil que el presidente proyecte la imagen de que «estamos aquí para colaborar con ustedes. Se trata de un revés».
A este respecto, el periodista Riechmann dijo que «si bien es posible que otras naciones espíen a sus aliados, las acusaciones han avivado un sentimiento estadounidense que existía en la región».
En tanto, el periodista brasileño Mauricio Savarese de la cadena RT (Russia Today), dice que las revelaciones de Snowden han a puesto en peligro la influencia de Estados Unidos en el hemisferio occidental, y que los líderes regionales no pueden callar «sin mostrarse débiles».
Destaca que se está dando un paso importante para el desarrollo de los países latinoamericanos de sistemas de correo electrónico propios, que no sean monitoreados por la inteligencia de Estados Unidos, y que el proyecto de Brasil está basado en la creación de correos electrónicos nacionales antiespionaje.
«Es una reacción abierta, pero lo más importante es lo que pasa a puertas cerradas. La presencia estadounidense es importante, pero el rápido auge de la estrella de China como socio comercial de América Latina, está presionando a Estados Unidos», agregó el periodista.
La tempestad provocada por Snowden es evidente. Las relaciones entre Estados Unidos y América Latina y el Caribe se han deteriorado, a pesar de los esfuerzos de Obama, del vicepresidente Joe Biden y del secretario de Estado norteamericano John Kerry que emprendieron en este año sendas giras por la región.
Los retos de la relación para el año próximo parecen complicados. Habría que recordar la idea del canciller venezolano Elías Jaua de que las relaciones bilaterales se fortalecerán «siempre que haya la voluntad por parte de Estados Unidos de entender que sólo sobre la base del respeto mutuo vamos a tener buenas relaciones».
Pero el politólogo venezolano Jesús Silva va más allá, al destacar que «Estados Unidos es un gobierno hostil, y mientras insista en estas actitudes con una visión colonizadora hacia el resto del mundo, especialmente hacia América Latina, las relaciones nunca podrán normalizarse».