La mayoría de personas que tengan relaciones sexuales estarán expuestas en algún momento de su vida al virus del papiloma humano (VPH). En muchas de las mujeres, su sistema inmunitario eliminará la infección, pero en los casos en los que este no elimine completamente el virus, la infección persistente puede causar anomalías en las células del cuello uterino que evolucionen a cáncer si no se tratan.
Un equipo de investigadores de Cochrane ha resumido los resultados de 26 estudios con 73.428 mujeres, realizados en todos los continentes durante los últimos ocho años. La revisión evalúa las pruebas de dos vacunas: la vacuna bivalente dirigida contra los VPH16 y 18 y la vacuna tetravalente dirigida contra los VPH16 y 18 y contra dos tipos de VPH de bajo riesgo que causan verrugas genitales.
El perfil de riesgo-beneficio de las vacunas contra el VPH continúa siendo favorable
“Los hallazgos de esta revisión deben considerarse dentro del contexto de múltiples estudios internacionales de vigilancia, realizados por el Comité Consultivo Mundial sobre Seguridad de las Vacunas de la Organización Mundial de la Salud (OMS) desde que se autorizaron las vacunas.
El comité concluyó que el perfil de riesgo-beneficio de las vacunas contra el VPH continúa siendo favorable”, explica el autor principal de esta revisión Cochrane, Marc Arbyn, de la Unidad de Epidemiología del Cáncer del Belgian Cancer Centre.
Existen muchos tipos diferentes de VPH . Algunos están asociados con la aparición de estas lesiones cervicales que pueden convertirse en cancerosas y están considerados como tipos de VPH de alto riesgo. Dos de estos tipos de alto riesgo (VPH16 y VPH18) son los responsables del 70% de los casos de cáncer de cuello de útero del mundo.
Las vacunas se han desarrollado para ayudar al sistema inmunitario a reconocer ciertos tipos de VPH. Debido a que este tipo de cáncer puede tardar varios años en desarrollarse, los organismos reguladores y las agencias internacionales de salud, como la OMS, consideran que las lesiones cervicales son la variable de valoración de preferencia para los ensayos sobre la vacuna contra el VPH.
La mayoría de las mujeres participantes en los estudios analizados fueron menores de 26 años, aunque tres ensayos reclutaron a mujeres de entre 25 y 45. Los estudios estuvieron bien diseñados y asignaron al azar a las mujeres a recibir la vacuna contra el VPH o un placebo.
La vacuna más reciente, dirigida contra nueve tipos de VPH, no se incluyó en la revisión puesto que no ha sido comparada con un placebo en un ensayo controlado con asignación aleatoria.
Menos riesgo de desarrollar lesiones premalignas
La revisión estableció dos grupos de personas: en el primero, mujeres sin VPH de alto riesgo en el momento de la administración de la vacuna y, en el segundo, todas las mujeres, con independencia de su estado de infección por VPH en el momento de la vacunación.
Los efectos de la vacuna se midieron según la incidencia de lesión premaligna asociada con el VPH16/18 y a la incidencia de lesión premaligna independientemente del tipo de VPH. La revisión observó resultados de diez ensayos que evaluaron los datos sobre lesiones de cuello de útero de tres años y medio a ocho años después de la vacunación.
Ningún estudio ha realizado un seguimiento de las participantes lo suficientemente largo como para detectar un efecto sobre el cáncer de cuello de útero. En su lugar, los investigadores se centraron en las lesiones cervicales premalignas.
Las vacunas no parecen aumentar el riesgo de efectos secundarios graves
Hallaron que, en mujeres jóvenes sin el VPH, la vacuna redujo el riesgo de desarrollar lesiones premalignas. Unas 164 de cada 10.000 mujeres que recibieron placebo y 2 de cada 10.000 que recibieron la vacuna desarrollaron lesiones premalignas de cuello de útero.
Los investigadores también analizaron los datos de todas las mujeres participantes, independientemente de si estaban infectadas por el VPH en el momento de la vacunación o no. En las mujeres de 15 a 26 años, las vacunas redujeron el riesgo de lesión premaligna cervical asociada con el VPH16/18 de 341 a 157 por cada 10.000.
La vacuna contra el VPH no actúa tan bien al administrarla a mujeres de entre 25 y 45 años. Esto podría deberse a que las mujeres de mayor edad tienen más probabilidades de haber estado expuestas al virus.
Las pruebas también muestran que las vacunas no parecen aumentar el riesgo de efectos secundarios graves, que fue de un 7% tanto en el grupo control como en el que recibió la vacuna. Los investigadores no hallaron un aumento en el riesgo de aborto espontáneo en mujeres que se quedaron embarazadas después de vacunarse.
Sin embargo, enfatizan que se necesitan más datos para proporcionar mayor certeza acerca de los efectos secundarios.
Referencia bibliográfica:
Arbyn M, Xuet al.: “Vacunación profiláctica contra los virus del papiloma humano para la prevención del cáncer de cuello de útero y sus precursores”. Cochrane Database of Systematic Reviews 2018 Issue 5. Art. No.: CD009069. DOI: 10.1002/14651858.CD009069