La versión 4.6 del modelo de simulación de cultivos, está por salir al mercado,  incorporando mejoras en la estructura e interfaz de los modelos, en los análisis asociados y en las herramientas de apoyo; la herramienta permite analizar opciones de manejo agrícola, estimar riesgos ambientales y mejorar el uso de recursos.

Profesionales del sector agrícola usan este software desde hace años en más de un centenar de países, ya que permite realizar infinidad de experimentos virtuales para estudiar opciones que de otra manera no podrían hacerse.

Los modelos de simulación de cultivos son la base del Sistema de Apoyo a la Toma de Decisiones para la Transferencia de Tecnología Agrícola (DSSAT, por sus siglas en inglés), en cuyo desarrollo han participado investigadores del Grupo de Sistemas Agrarios (AgSystems) de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM). El próximo lanzamiento de

¿Qué efecto tendría a largo plazo un cambio de laboreo en una determinada parcela agrícola? ¿Y un cambio de cultivos? ¿Y si se cambian ambas cosas? En la agricultura las opciones son incontables y la investigación de todas ellas con métodos tradicionales no resulta viable. Además, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) prevé que en los próximos 40 años habrá que doblar la producción de alimentos, lo que obligará a examinar un gran número de opciones, con métodos científicos cuantitativos, y escoger las opciones que mejor se adapten a las condiciones de cada lugar.

Con vistas a responder a este reto se efectúo una investigación que evaluó el conjunto de modelos conocido como DSSAT. Las predicciones de estos modelos se compararon con la información proveniente de 16 años de estudio sobre el efecto conjunto del laboreo y las rotaciones de cereal. La producción del cereal, cebada, y sus rotaciones dependían exclusivamente de la variabilidad de las lluvias. Los modelos captaron bien las tendencias observadas y ayudaron a interpretar algunos resultados. La combinación de laboreo tradicional con una rotación cereal-leguminosa ofreció los mejores resultados. Pero el laboreo reducido mejoró la calidad del suelo en comparación con el laboreo tradicional. Estos aspectos ambientales, que en el corto plazo pueden pasar inadvertidos, pueden ponerse de manifiesto gracias a los modelos.

Los investigadores de AgSystems, vinculados a la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Agrónomos, se han encargado de afinar la calibración, evaluación y desarrollo de estos modelos para ayudar a responder a los desafíos planteados, aplicándolos a las condiciones específicas de la agricultura española, incluso en ambientes donde la limitación de agua para los cultivos puede llegar a ser severa. Gracias a su trabajo, la UPM aparece entre las instituciones científicas responsables del desarrollo de la última versión del DSSAT, que incorporará nuevos programas de aplicación mejorados que evalúan los riesgos económicos y los impactos ambientales asociados a los modelos de cultivos.

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