Los espacios verdes y azules se asocian con una mejor salud mental de los niños. Ahora investigadores del CREAL, centro aliado ISGlobal, confirman que estos espacios naturales tienen un impacto positivo en el desarrollo del comportamiento infantil.

Por lo general, estimaron asociaciones beneficiosas entre los indicadores de comportamiento y un mayor tiempo dedicado a espacios verdes y playas (área azul), y con las zonas verdes alrededor de la residencia.

Concretamente, los investigadores encontraron que más tiempo de permanencia en los espacios verdes y azules se asocia con la reducción de una serie de problemas emocionales y de comportamiento en los escolares.

Medir el verdor

Este estudio se basó en una muestra de 2.111 niños en edad escolar (7-10 años) de 36 escuelas de Barcelona que participan en el proyecto BREATHE. Obtuvieron datos sobre el tiempo que pasó en los espacios verdes y playas, cuestionarios de fortalezas y debilidades realizada por los padres, y los cuestionarios de Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH/DSM-IV) realizado por los profesores.

El verdor que rodea a los niños se obtuvo con el Índice de Vegetación Normalizado (NDVI) en distancias de 100m, 250m, 500m y alrededor de cada domicilio. La proximidad a los espacios verdes se definió como vivir a unos 300 metros de un espacio verde importante. Los datos sobre el tiempo de permanencia en los espacios verdes y azules se recogieron mediante cuestionarios.

Referencia bibliográfica:

Amoly E, Dadvand P, Forns J, Lopez-Vicente M, Basagaña X, Julvez J, Alvarez-Pedrerol M, Nieuwenhuijsen MJ, Sunyer J. Green and Blue Spaces and Behavioral Development in Barcelona Schoolchildren: The BREATHE Project.. Environ Health Perspect 2014.

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