En demasiados lugares del mundo están surgiendo o resurgiendo conflictos que, una vez más, dan lugar a otro legado de riesgos relacionados con los explosivos, como las minas terrestres, las bombas en racimo y los artefactos explosivos improvisado, expresó Ban Ki-moon, Secretario General de la Organización de las Naciones Unidas al conmemorarse el Día Internacional de Información sobre el Peligro de las Minas y de Asistencia para las Actividades relativas a las Minas.
Y, en este contexto, se dijo preocupado «especialmente» por el uso de armas explosivas en zonas pobladas.
Las actividades relativas a las minas son fundamentales para dar una respuesta humanitaria eficaz en situaciones de conflicto y posteriores a conflictos, dijo, para luego referir que en Sudán del Sur, por ejemplo, en los 12 últimos meses más de medio millón de personas han recibido formación sobre los riesgos, se ha desminado una superficie de 14 millones de metros cuadrados, se han asegurado 3.000 km de carreteras y se han destruido 30.000 minas y restos explosivos de guerra. Esto ha permitido la entrega de alimentos y agua y la circulación en condiciones de seguridad de las personas que huían de los combates.
Incluso en el contexto sumamente difícil de Siria, los agentes encargados de las actividades relativas a las minas están logrando resultados importantes que están salvando vidas.
El año pasado se impartió formación sobre los riesgos a más de 2 millones de sirios en las escuelas y las comunidades, y más de 5.400 personas recibieron servicios de rehabilitación física. Desde agosto de 2015 se han destruido 14 toneladas de municiones sin detonar.
Sin embargo, millones de sirios siguen expuestos a esta amenaza mortal todos los días. Existe una necesidad urgente de aumentar el apoyo a todas las actividades relativas a las minas y abrirles vías de acceso pleno, constante y sin trabas.
«Las actividades relativas a las minas son una inversión en la humanidad», puntualizó Ban Ki-moon, quien agregó que estas contribuyen a configurar sociedades pacíficas en las que quienes necesitan ayuda pueden recibirla, los refugiados y los desplazados internos pueden regresar a sus hogares sin peligro y los niños pueden ir a la escuela. Crean un espacio seguro para emprender actividades de desarrollo y reconstrucción, y sientan los cimientos de una paz sostenible.
Refirió que la primera Cumbre Humanitaria Mundial se celebrará en Estambul el próximo mes y que ahí presentará antes de la misma un Informe que pone de relieve las consecuencias inaceptables de las minas y los restos explosivos de guerra para los civiles y en el que también se destaca la necesidad de que los Estados se adhieran a los instrumentos humanitarios internacionales pertinentes, los apliquen y los cumplan.
En cmabio se dijo complacido del hecho de que, en diciembre de 2015, la Asamblea General aprobó por unanimidad una resolución en la que se subrayaba la necesidad de que las actividades relativas a las minas siguieran siendo una prioridad de primer orden en la agenda internacional, en particular en las crisis humanitarias.