Las hormonas tiroideas regulan multitud de funciones fisiológicas en el organismo, incluyendo el crecimiento, el desarrollo y la función cardiaca y hepática. Además, aumentan el consumo de oxígeno y la temperatura corporal.

Un estudio pubicado en The Journal of Cell Biology, aporta las bases moleculares necesarias para comprender los efectos de estas hormonas en el daño genómico y la senescencia celular; el trabajo es liderado por un equipo del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), con la colaboración de investigadores de la Universidad Autónoma de Madrid y el Museo Nacional de Historia Natural de París.

Los resultados obtenidos demuestran que la unión de las hormonas tiroideas a la isoforma beta (una de las distintas formas de la misma proteína) de su receptor nuclear conduce a la activación de la expresión de genes fundamentales en la función de las mitocondrias.

La activación mitocondrial conduce a un aumento en la generación de moléculas muy pequeñas denominadas ROS (especies reactivas de oxígeno, por sus siglas en inglés), la acumulación de daño en el ADN de naturaleza oxidativa y la aparición prematura de senescencia celular, tanto en cultivos celulares como en ratones.

“La senescencia celular desempeña un papel clave en procesos de envejecimiento y actúa como una barrera contra la transformación celular y el desarrollo de tumores. Los resultados integran acciones metabólicas clásicas de las hormonas tiroideas con procesos como el daño hepático o el envejecimiento prematuro que ocurren en el hipertiroidismo”, indica Ana Aranda, investigadora en el Instituto de Investigaciones Biomédicas Alberto Sols y una de las autoras.

El trabajo ha requerido el uso de ratones, modificados genéticamente, que carecen de los receptores de las hormonas tiroideas, además de técnicas para la detección in vivo del daño genómico y la senescencia celular y de respirometría de alta resolución.

“Los resultados ayudarán a comprender mejor las bases moleculares de la supresión tumoral mediada por los receptores de las hormonas tiroideas y, por otra parte, del daño tisular hepático y el envejecimiento asociado a la condición hipertiroidea”, agrega la investigadora del CSIC.

Referencia bibliográfica:

Alberto Zambrano, Verónica García‐Carpizo, María Esther Gallardo, Raquel Villamuera, María Ana Gómez‐Ferrería, Angel Pascual, Nicolas Buisine, Laurent M. Sachs, Rafael Garesse y Ana Aranda. “The thyroid hormone receptor β induces DNA damage and premature senescence”. The Journal of Cell Biology.

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