Los ratones prepúberes alejan a los machos más ‘retozones’ mediante la liberación a través de sus lágrimas de una feromona llamada ESP22. Así concluye un estudio, publicado esta semana en la revista Nature, que explica cómo esta señal química actúa mediante el sistema sensorial olfativo de los ratones para inhibir el apareamiento en los machos.
Para el grupo de autores, liderados por investigadores de la Universidad de Harvard (EE UU), este descubrimiento proporciona la base para la comprensión de cómo un sistema sensorial controla el comportamiento.
«Al identificar las feromonas específicas y los receptores que activan tendremos información sobre los circuitos neuronales que controlan estos comportamientos instintivos», explica a SINC Stephen Liberles, autor principal del trabajo.
«La idea es generar un conjunto de herramientas de diferentes feromonas que controlen diversos comportamientos. Así se podrá diseccionar cómo el sistema olfativo gestiona las respuestas conductuales apropiadas», añade.
En los roedores, el comportamiento social es impulsado por las feromonas, que aportan información sobre la edad, el género y la fisiología de otros individuos. En concreto, la ESP22 indica exclusivamente la edad, ya que se produce de forma selectiva en ratones jóvenes antes de la pubertad.
Una feromona ‘bromuro’
Los investigadores apuntan que ESP22 activa las neuronas en el órgano vomeronasal (un componente del sistema olfativo en algunos vertebrados) para crear una respuesta que impida el apareamiento hacia cualquier animal que expresa esta señal.
De hecho, observaron que los ratones adultos muestran el mismo comportamiento hacia dos cepas de ratones jóvenes que no producían ESP22, pero si les untaban esta feromona se reducía de forma sustancial el comportamiento sexual de los machos adultos.
Esto sugiere que ESP22 es una feromona de protección. Es más, la interrupción de su producción en los ratones jóvenes, o de los receptores a los que se une en los adultos, da lugar al aumento de la conducta sexual de ratones machos adultos hacia los jóvenes.
Por lo tanto, los autores concluyen que ESP22 es una señal de inmadurez sexual en los ratones que ayuda a controlar el comportamiento sexual de los ejemplares adultos.
Un modelo de estudio para los humanos
A su vez, un seguimiento posterior mostró que ESP22 activa las neuronas en el sistema límbico, un área del cerebro que controla los impulsos instintivos, como el comportamiento sexual.
Los investigadores utilizaron modelos de ratón ya que son importantes para la comprensión del comportamiento humano, aunque subrayan que hay diferencias importantes, como la inexistencia de una feromona juvenil como ESP22 o un órgano vomeronasal.
“Aunque no reconocemos los olores de depredadores de la forma en que un ratón lo haría, muchos de los comportamientos, como el sexual, son similares», insiste Liberles. «De esta forma, este trabajo proporciona una manera de estudiar los mecanismos subyacentes a la conducta».
Referencia bibliográfica:
David M. Ferrero, Lisa M. Moeller, Takuya Osakada, Nao Horio, Qian Li, Dheeraj S. Roy, Annika Cichy, Marc Spehr, Kazushige Touhara & Stephen D. Liberles. “A juvenile mouse pheromone inhibits sexual behaviour through the vomeronasal system”. Nature, 3 de octubre de 2013. DOI: 10.1038/nature12579