Desde la vigilancia agrícola a la cartografía de terrenos, las primeras imágenes del satélite europeo Sentinel 2A muestran como las observaciones en color de la misión pueden ser usadas para mantener a salvo nuestro planeta.
Lanzado desde el Puerto Espacial Europeo en la Guayana Francesa el pasado 23 de junio, Sentinel 2-A es el segundo satélite en órbita del programa de vigilancia ambiental europeo Copernicus.
Su cámara multiespespectral proporcionará imágenes a las aplicaciones basadas en la vigilancia del terreno -como la agricultura- y de las aguas costeras e interiores, y el mapeo de la cubierta terrestre.
En un acto hoy en Milán, expertos a quienes se había dado acceso a las imágenes de Sentinel 2-A han debatido cómo este satélite servirá a toda una serie de aplicaciones científicas y operacionales.
“Los ciudadanos europeos, los responsables de la toma de decisiones, las empresas y la comunidad científica internacional se beneficiarán enormemente de esta segunda misión de Copernicus. Sus imágenes nos permiten mejorar la calidad de vida de nuestros ciudadanos y proteger nuestro medio ambiente”, dijo Mauro Facchini, jefe de la Unidad de Copernicus en la Comisión Europea.
Alan Belward, del Joint Research Centre, y Ana Maria Ribeiro de Sousa, de la Agencia Ambiental Europea, presentaron ejemplos de cómo la cubierta terrestre puede ser clasificada y monitorizada gracias a los datos de Sentinel-2.
Detectando cambios en tierra y en los cuerpos de agua Sentinel-2 puede ayudar a gestionar los recursos naturales de forma sostenible.
Además de monitorizar cambios en cuerpos de agua, la misión vigilará también la calidad del agua, como señaló Dimitry Van der Zande del Royal Belgian Institute of Natural Sciences.
La información sobre la calidad del agua no solo es útil para las aplicaciones de consumo de agua, sino que puede indicar también áreas que son seguras, o no, para el baño. También sirve a los acuerdos internacionales como la Convención Ramsar, que planea usar los datos para monitorizar humedales en todo el planeta.
Otra de las tareas importantes para el satélite es vigilar los cambios en nuestros bosques, como el ritmo de deforestación y reforestación, y las áreas afectadas por incendios forestales. La información de Sentinel-2 puede ayudar a gobernantes y empresas a tomar decisiones informadas sobre cómo gestionar y proteger nuestros valiosos recursos forestales.
El sistema de imágenes de Sentinel-2 tiene 13 bandas espectrales, que cubren desde el visible al infrarrojo cercano a diferentes resoluciones espaciales. Es la primera misión óptica de observación de la Tierra de este tipo que incluye tres bandas «en el rojo», lo que proporciona información clave sobre el estado de la vegetación.
Esto fue demostrado por Pierre Defourny, de la Universidad de Lovaina en Bélgica, que mostró cómo el satélite es incluso capaz de discriminar entre diferentes cultivos, con un ejemplo de campos de girasoles y maíz cerca de Toulouse, Francia.
Diseñada como una misión de dos satélites, Sentinel-2 proporcionará imágenes en un ciclo de revisitado de cinco días, una vez que en 2016 sea lanzado su hermano gemelo Sentinel-2B. El tiempo breve de revisitado es importante para todas sus aplicaciones, pero Frank Paul de la Universidad de Zurich señaló su utilidad en especial para vigilar glaciares y, en muchos casos, registrar lo rápido que se retraen.
Aunque el satélite aún no está en su órbita operacional, ni está calibrado para proporcionar los datos de más calidad, las imágenes ofrecen un adelanto de lo que depara el futuro inmediato.
“Las reacciones de la comunidad de usuarios han sido muy positivas en esta fase temprana de la misión, en especial en lo que se refiere a las imágenes de alta resolución y a la utilidad de las 13 bandas espectrales”, dijo Simon Jutz, Jefe de la Oficina Copernicus de la ESA.
“A solo dos meses vista de la fase operacional del satélite, esperamos ver muy pronto a Sentinel-2 desplegar todo su potencial”.
(ESA)