Las pilas de botón que más contaminan no son las más baratas. Así lo recoge un estudio de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) y del Instituto Geológico y Minero de España. “Esta conclusión no puede extenderse a todas las pilas del mercado, pero sí demuestra que el precio no es indicador ni de calidad ni de respeto al medioambiente”, explica Virginia Huerta Muñoz, investigadora de la UCM y coautora del trabajo.
Los científicos analizaron la composición química y la densidad energética de 64 pilas de botón de diferentes marcas con las cuatro tecnologías más comunes: litio, zinc-aire, alcalinas y óxido de plata. También compararon su potencial contaminante, que se mide según el Índice Ponderado de Contaminación Potencial (WPPI, por sus siglas en inglés) y registraron su precio.
El estudio, publicado en Science of the Total Environment, revela que las tecnologías de litio y zinc-aire son las menos contaminantes y las más baratas. “No existe una normal general que relacione precio y WPPI, pero es evidente que las pilas que menos contaminan no son las más caras; de hecho, puede suceder al contrario”, recalca Huerta.
En las de zinc-aire, la menos dañina con el entorno es la más barata. Las pilas de litio registran valores contaminantes muy similares entre ellas, mientras que en las de óxido de plata, la opción más económica es algo más contaminante que la más cara, pero mucho menos dañina que la pila de este grupo que contiene mercurio. En el caso de las alcalinas, la menos contaminante es la segunda más barata.
A la vista de estos datos, las marcas más respetuosas con el medioambiente son Maxell, en el caso de las alcalinas y las de litio, Renata en las de óxido de plata, y San Gabino en las de zinc-aire.
Un etiquetado de riesgo ambiental
El estudio refleja que el mercurio, el cromo y el níquel son los metales que más contribuyen a la capacidad contaminante de estos dispositivos.
Además, los autores afirman que no existe una relación entre su contenido energético y la capacidad potencial de daño al medioambiente. “Por ejemplo, las pilas de litio tienen una gran densidad energética y, sin embargo, son las que menor índice de contaminación presentan”, asegura la investigadora.
Aunque lo ideal sería poder elegir las tecnologías menos contaminantes, los científicos recuerdan que muchas veces no es posible sustituir una por otra, porque cada aparato electrónico presenta sus peculiaridades.
Lo que proponen es que este índice de contaminación potencial sirva para elaborar un etiquetado de riesgo ambiental, que permita a los consumidores ser conscientes del producto que adquieren.
Referencia bibliográfica:
Luis Moreno Merino, María Emilia Jiménez Hernández, Almudena de la Losa y Virginia Huerta Muñoz. “Comparative assessment of button cells using a normalized index for potential pollution by heavy metals”,Science of the Total Environment, 526 (2015). DOI: 10.1016/j.scitotenv.2015.04.068
(UCM)