En Lafayette, Indiana, EEUU, el genetista norteamericano Robert Pruitt y sus colegas, de la Universidad de Purdue, anunciaron el 24 de marzo de 2004 que aparentemente las plantas no siempre obedecen la largamente aceptada ley de herencia genética, originalmente dictada hace 150 años por el, sacerdote, botánico y biólogo moravo, el monje agustino Gregor Johann Mendel, Padre de la genética.
Previamente se creía que los genes transmitían rasgos de generación en generación. Los investigadores examinaron las plantas “Arabidopsis”; las cuales llevaban un gen mutado, el cual prevenía que las flores se abrieran; sorprendentemente, encontraron que algunas de las plantas hijas tenían flores abiertas y un restaurador, copia del gen encontrado en la generación de sus abuelos.
Investigaciones más profundas llevaron al desarrollo de nuevos métodos para combatir contra enfermedades heredadas en humanos.