A fin de limpiar 55 hectáreas de suelo afectado por crudo y gasolinas de la ex refinería “18 de Marzo” de Pemex, autoridades de la paraestatal solicitaron la colaboración de especialistas del departamento de Biotecnología y Bioingeniería del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav), del Instituto Politécnico Nacional, quienes implementaron una novedosa técnica de biorremediación que emplea grano verde de café no comercial, con lo que lograron descontaminar de hidrocarburos el área afectada.
El método dio remedio y recuperación a terrenos en otros siete proyectos antes de obtener su patente a nivel nacional. Actualmente se está aplicando la tecnología modificada en las chinampas de Cuemanco, de la Ciudad de México, que están contaminadas con plaguicidas organoclorados.
Cabeza del equipo científico de Cinvestav, Refugio Rodríguez Vázquez explica que la degradación de hidrocarburos y de agroquímicos para la limpieza de suelos y agua, se realiza en la entidad académica desde 1993.
“Notamos que trabajar con esta clase de residuos, como el grano verde de café de baja calidad que no entra en el mercado, presenta ciertas bondades al proliferarse algunos microorganismos que son capaces de producir catalizadores biológicos (enzimas), que atacan vía peróxido de hidrógeno a los contaminantes químicos y a otros microbios dañinos a la salud. La ruta bioquímica la tenemos muy precisa para desintoxicación del suelo y del agua”, detalla la científica de Cinvestav.
La doctora Rodríguez Vázquez refiere que el proceso de limpieza de áreas contaminadas se realiza por lo regular desde hace décadas mediante cambio de suelo, es decir, sustituyen el suelo contaminado por limpio; en algunas ocasiones se emplean mezclas de material orgánico, como fibra y pastos, adicionados con fertilizantes químicos y en algunos casos con estiércol de ganado, pero este último método implica problemas a la salud, debido a los microorganismos patógenos que se encuentran en dichos residuos.
Aunque, la Norma Oficial Mexicana (NOM-138-SEMARNAT/SSA1-2012) no contempla el problema de contaminación por patógenos al adicionar estiércol.
“En el parque Bicentenario, de la ex refinería 18 de marzo, empleamos muy bajas cantidades del material, y la tecnología resultó ser técnica y económicamente factible.
“Con las tecnologías tradiciones los tiempos son prolongados, por ejemplo, lo que en un año se limpiaba una extensión contaminada al dos por ciento, la tecnología desarrollada en el Cinvestav se realiza en seis a ocho semanas en un alto porcentaje para un nivel de contaminación del dos a cuatro por ciento. Lo tenemos documentado con análisis de laboratorios certificados. Esta tecnología ha sido el resultado de la generación de varias tesis de licenciatura, maestría y doctorado, y de la patente Mexicana No. 291975”, puntualiza la especialista.
Agrega que la tecnología desarrollada en el Cinvestav fue acreedora para participar por el programa de becas Leaders in Innovation Fellowships 2015, patrocinado por Newton Fundation y la Academia Real de Ingeniería de la Gran Bretaña, y que a nivel mundial elige casos de éxito de transferencia tecnológica y de emprendimiento.
Fue así que la doctora Rodríguez Vázquez pudo participar en Londres de un taller intensivo de comercialización de ciencia e innovación que imparte Isis Innovation, la oficina de transferencia de tecnología de la Universidad de Oxford; el entrenamiento se continuó en México. La tecnología mejorada se someterá a patente internacional para aplicarse In situ, sin realizar excavación del suelo contaminado, lo cual incidirá en varios beneficios, aunado a una reducción en el costo del tratamiento.
Los especialistas del departamento de Biotecnología y Bioingeniería del Cinvestav han tenido solicitudes de una empresa colombiana y otra francesa para el licenciamiento de la tecnología, a fin de descontaminar suelos afectados con hidrocarburos; actualmente está en trámite su licenciamiento a una empresa mexicana.
Debido a la versatilidad de la tecnología se realizará su aplicación a suelos agrícolas de Costa Grande, en el estado de Guerrero, para la eliminación de plaguicidas organoclorados. Para ello se adecuó la tecnología empleando como variante de material orgánico a la cáscara de naranja, en la que crecen microorganismos bajo condiciones nutricionales y ambientales específicas que eliminan plaguicidas.
Finalmente, la doctora Rodríguez Vázquez menciona que esta vertiente tecnológica se aplica actualmente en una chinampa en Cuemanco, en la Ciudad de México, y se llevará a diez más. El problema, en el que participa una organización no gubernamental (Yolcán) y chinamperos de la zona, es que los suelos tiene contaminación de plaguicidas (lindano, clordano, DDT y sus derivados principalmente) y patógenos (Escherichia coli y Coliformes fecales entre otros) porque usan agua tratada que contiene este tipo de contaminantes.