Sin embargo, para 2 de cada 3 personas en la Tierra, la conexión a Internet rápida y de bajo costo está todavía fuera de su alcance, y este problema está lejos de ser resuelto, aún cuando Internet es una de las tecnologías más transformadoras de nuestro tiempo.

Para que internet pueda llegar a todo el planeta hay que sortear muchos desafíos físicos: selvas, archipiélagos, montañas.

Pero esto también representa grandes costos. Ahora mismo, por ejemplo, en la mayoría de los países del hemisferio sur, el costo de la conexión a Internet está por encima de sus ingresos mensuales.

Ante esto Google está buscando generar el acceso a Internet a través de globos, ante lo cual Mike Cassidy, Líder del Proyecto, apunta:

“Creemos que debería ser posible construir un anillo de globos capaz de volar alrededor del mundo con los vientos estratosféricos, y a través de los cuales proporcionar acceso a Internet a la Tierra. A pesar de que nos encontramos aún en una etapa inicial del proyecto, hemos logrado construir un sistema que utiliza globos, arrastrados por el viento a altitudes dos veces superiores a aquellas por donde circulan aviones comerciales. Estos globos son capaces de emitir señales de Internet a la tierra, a velocidades similares a las actuales redes 3G o más rápido. Como resultado, esperamos que los globos puedan eventualmente convertirse en una opción para la conexión de zonas rurales y remotas, y para ayudar con las comunicaciones cuando ocurren desastres naturales. La idea puede sonar un poco alocada, y esa es parte de la razón por la que lo llamamos Proyecto Loon (“Loon”, palabra del inglés que significa “alocado”). Pero también hay algo de ciencia sólida detrás de esta iniciativa”.

Google también reconoce que “los globos, con su natural elegancia, presentan algunos desafíos”. Muchos proyectos han buscado proporcionar acceso a Internet a través de plataformas de gran altitud utilizando globos amarrados o dirigibles, pero eso implica que uno tiene que luchar contra el viento, que se traduce en mayores costos y niveles de complejidad. “Por este motivo, nuestro punto de partida buscó liberar a los globos de cualquier atadura, permitiéndoles navegar con los vientos, buscando a la vez la manera de controlar su trayectoria a través del cielo”, menciona Cassidy.

Para controlar los globos pretenden utilizar sólo el viento y energía solar, con lo cual afirman que pueden moverlos hacia arriba o hacia abajo, “para que alcancen los vientos con los que queremos que viajen”.

Pero esa solución les llevó a un nuevo problema: cómo manejar una flota de globos que navegan alrededor del mundo de manera tal que cada globo se ubique en el área que queremos en el momento en que lo necesitamos. “Podemos resolver esto con algunos algoritmos complejos y gran potencia de cálculo”, expresa Cassisy.

Por todo lo que implica el proyecto Mike Cassidy refiere que para realizarlo “necesitamos algo de ayuda”, porque el experimento requerirá mucho más que el equipo que lo desarrolla.

El programa piloto se inició ésta semana en la zona de Canterbury en Nueva Zelanda con 50 antenas de prueba que intentan conectarse a los 30 globos que ya subieron.

“Esta es la primera vez que hemos puesto en marcha esta cantidad de globos, intentando hacerlos conectar con esta cantidad de receptores en la Tierra, lo que nos permitirá mejorar nuestra tecnología y el diseño del globo”, añade.

“Con el tiempo, nos gustaría realizar pruebas piloto en los países ubicados en la misma latitud que Nueva Zelanda. También esperamos identificar partners para la siguiente fase de nuestro proyecto. Estamos ansiosos por recibir comentarios e ideas de personas que llevan mucho más tiempo que nosotros intentando resolver este enorme problema de proporcionar acceso a Internet en zonas rurales y remotas. Nos imaginamos que algún día serán capaces de usar su teléfono celular con su proveedor actual de servicios para conectarse a los globos y obtener conectividad en donde no existe hoy en día”, narra Cassidy.

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