La química de esteroides es una especialidad de la que se podrían encontrar un sinfín de mitos; no obstante, recientemente existen estudios que ponderan estos elementos como compuestos anticancerígenos. Pero cuando uno piensa en esteroides, lo primero que viene a la mente es una imagen negativa al respecto.
Lo cierto es que, de acuerdo con el doctor Jesús Sandoval Ramírez, químico egresado del Instituto Politécnico Nacional (IPN), con maestría y doctorado en química orgánica, además nivel III del Sistema Nacional de Investigadores (SNI), se habla mal de los esteroides porque se les ha asociado con compuestos anabólicos, pero “todos al nacer traemos, en nuestra información genética, la producción de anabólicos y de hormonas sexuales (masculinas y femeninas)”.
Lo que el experto asegura es que “se ha abusado de los anabólicos en ciertas personas para tener más músculo, porque hacen fisicoculturismo o algún tipo de deporte en donde se les demanda correr más rápido, saltar más alto o nadar más veloz”.
Para todo lo anterior se requiere de masa muscular, ya que de ahí proviene la fuerza del ser humano y es donde entran en juego los anabólicos, a lo que el doctor Sandoval Ramírez puntualiza: “No respetar su nivel natural de producción de hormonas los lleva a que se inyecten o ingieran estos medicamentos, por eso están penados en todas las justas deportivas”.
No obstante, el científico recalca que los anabólicos son indispensables para gente con poca masa muscular, la cual carecerá de fuerza en comparación con quien tiene una producción normal de estos elementos.
Y es que también hay algunas enfermedades que generan la disminución de masa muscular en el organismo, tal es el caso del virus de inmunodeficiencia humana (VIH), o bien en las personas de la tercera edad, a quienes los anabólicos sin actividad androgénica los podrían ayudar para tener una vida mejor, recalca Sandoval Ramírez.
Los esteroides también son importantes para los vegetales; lo que pocos saben es que las plantas son altas productoras de esteroides. Hay unas hormonas de crecimiento sumamente potentes que reciben el nombre de brasinoesteroides, los cuales están presentes en las semillas.
En las semillas impulsan rápidamente el crecimiento cuando tienen condiciones adecuadas de humedad, temperatura y espacio, el ejemplo más claro es el famoso experimento del frijol en un algodón húmedo que todos alguna vez llevamos a cabo al estar en el nivel de educación básica. Aquí, como en todos los casos, lo que impulsa al frijol a desarrollarse son precisamente los brasinoesteroides.
No obstante, también puede existir una aplicación exógena a la planta de sustancias que le ayuden a promover, aún más, su crecimiento, y hay muchos compuestos que actúan como promotores de crecimiento, solo que algunos deben aplicarse en grandes cantidades, mientras que otros deben hacerse en porciones muy pequeñas, relata el experto.
La familia más activa, la de los brasinoesteroides, se puede aplicar en cantidades pequeñísimas, como en el caso de los nanogramos (una millonésima parte de un gramo). Fue así como en su laboratorio, en la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), el científico desarrolló una nueva familia de compuestos que actúan al igual que los brasinoesteroides, a nivel de nanogramos/planta.
En el jardín botánico de la BUAP se desarrollaron experimentos in vitro y a nivel de invernadero, con lo que han podido constatar su enorme actividad. Otro aspecto relevante de este tipo de investigación es que también han sido probados como compuestos anticancerígenos, con resultados muy selectivos, prácticamente no dañan las células sanas.
En otras palabras, tienen actividad anticancerígena para los humanos, pero también como promotores de crecimiento en vegetales, se trata de una actividad muy interesante porque les permite a los investigadores demostrar que, lejos de lo que se piensa, estas sustancias no son tóxicas para los seres humanos.
De manera muy puntual, en la utilización para humanos, el trabajo se ha aplicado en casos de cáncer cervicouterino, ya que es uno de los que presenta un índice mayor de incidencia, pero también por ser una de las principales causas de muerte, de ahí que el doctor Sandoval Ramírez y su equipo hayan decidido concentrarse en hacer pruebas sobre este tipo de cáncer.
Judith Ureña
Ciudad de México (Agencia Informativa Conacyt)