UCHILE/DICYT La ansiedad frente a las matemáticas afecta tempranamente el rendimiento de los alumnos: estudiantes con alta ansiedad a dicha área tienden a evitar las tareas y cursos que lo involucran, limitando sus oportunidades de aprender e hipotecando tempranamente su desempeño en ciertas áreas del conocimiento. Sin embargo, no hay estudios que evalúen cómo la ansiedad de un profesor de matemáticas puede afectar su capacidad para hacer juicios imparciales sobre sus estudiantes y cómo dicha ansiedad se relaciona con estereotipos de género.
Por eso, un estudio elaborado por Alejandra Mizala, directora académica del Centro de Investigación Avanzada en Educación de la Universidad de Chile (CIAE); Salomé Martínez, del Centro de Modelamiento Matemático de la U. de Chile (CMM); y Francisco Martínez, también del CMM, indagó acerca de este tema.
El estudio se realizó con 208 profesores de enseñanza básica en etapa de formación inicial. La muestra incluyó a 176 mujeres y 32 hombres. El 41’5% estaba en su primer año de estudios y el 26’1% en segundo año. A los futuros docentes se les presentaron casos hipotéticos de alumno con bajo rendimiento en matemáticas y dificultades en conducta y se les pedía completar un cuestionario acerca de este estudiante, como si fuera su alumno. El género del estudiante y su estatus socioeconómico eran cambiados sistemáticamente para producir situaciones de alumnos varones de alto y bajo nivel socioeconómico, y alumnas de alto y bajo nivel socioeconómico. Se les preguntó a los docentes sobre sus expectativas de rendimiento futuro de dichos alumnos en matemáticas y en todos los ramos, con aseveraciones como “Las calificaciones de matemáticas de este alumno no mejorarán” en el primer caso; o “este estudiante tendrá un mal desempeño en pruebas estandarizadas”, en el segundo caso.
La ansiedad de los futuros docentes por las matemáticas se midió con un cuestionario.
Los resultados: el estudio encontró que las expectativas sobre el rendimiento futuro difieren significativamente en función del género del estudiante. Es decir, los futuros docentes consideran que los hombres tendrían mejor desempeño en matemáticas que las mujeres. Además, los docentes encontraron que sólo en los casos de las niñas estas dificultades podrían tener consecuencias a largo plazo en el rendimiento académico general. Para volver a chequear este resultado, los investigadores repitieron la metodología experimental en una nueva muestra de docentes en formación, pero se les presentaron casos hipotéticos que mostraron alumnos con dificultades en clases de lenguaje. No hubo efectos significativos del género de los alumnos en las expectativas de rendimiento general. En otras palabras, la extrapolación de los futuros profesores acerca de que el bajo desempeño actual está relacionado con problemas académicos en el futuro sólo ocurre en matemáticas.
“Hay un sesgo importante de género y eso es importante para lo que pasa en el futuro con el aprendizaje de las matemáticas. En las facultades de educación debiera haber algún tipo de formación hacia los profesores que se preocupara de evitar los sesgos”, explica Alejandra Mizala.
La ansiedad por las matemáticas jugaba un rol fundamental. Los docentes ansiosos en matemáticas tienen menores expectativas en el rendimiento futuro de sus alumnos en comparación con los docentes menos ansiosos. La ansiedad por las matemáticas puede afectar negativamente las expectativas que los docentes en formación tienen sobre los estudiantes. Cuando los investigadores presentaron a los docentes descripciones de estudiantes con dificultades en las clases de matemáticas y se les pidió evaluar dichos casos, los docentes con más ansiedad asignaban más bajas expectativas sobre el rendimiento futuro en matemáticas que sus pares no ansiosos.