Los humanos compartimos el 90 por ciento de nuestro ADN con nuestro primos primates y la expresión de dicha información difiere de especie a especie en formas que nos ayudan a explicar las particularidades de cada una, tanto en su biología como en su comportamiento.
Los factores que contribuyen a estas diferencias fueron descritas en la reunión anual de la Sociedad Americana de Genética Humana por el investigador Yoav Gilad, profesor asociado de genética humana en la Universidad de Chicago.
El doctor Gilad reportó que un poco más de 40 por ciento de las diferencias en los patrones de expresión genética entre humanos chimpancés y los monos Rhesus puede ser explicada por una serie de mecanismos regulatorios que indican cuándo y cómo se producen las proteínas que dan origen a determinado grupo de genes.
Adicionalmente, mejorar el entendimiento científico de las particularidades de la raza humana, como los estudios del doctor Gilad y sus colegas, podrían revelar mucho sobre la salud y enfermedades de los humanos, ya que gracias a los análisis comparativos se pueden identificar las bases genéticas de tratamientos específicos y particularmente las variaciones genéticas que desencadenan ciertas enfermedades, como la malaria y el cáncer en humanos y no en sus primos primates.
El doctor Gilad y sus colegas estudiaron la expresión de genes en líneas celulares linfoblásticas y cultivos de laboratorio de células blancas de la sangre de ocho seres humanos, ocho chimpancés y ocho monos Rhesus.
Con estos estudios descubrieron que las diferencias en los patrones de expresión en las tres especies se explican por la correspondencia de ciertos mecanismos regulatorios con cambios genéticos y epigenéticos que determinan cuándo y cómo el código genético se expresa para dar una característica determinada.
Otro de los descubrimientos del doctor y su equipo es que un proceso epigenético conocido como modificación de las histonas difiere en las tres especies y la presencia de las marcas de histona durante la transcripción de los genes indica que el proceso está siendo prevenido o modificado.
“Esta información nos permite identificar cuáles son las similitudes y diferencias características entre las especies con respecto a sus factores de transcripción genética”, dijo el doctor Gilad.
En las tres especies el equipo encontró que las modificaciones del factor de transcripción de la histona eran idénticas en más del 67% de los elementos de regulación en los segmentos de ADN considerados como regiones promotoras.
Esto quiere decir que aunque tengamos 90 por ciento de similitud con estos primates, existe un mecanismo clave que le dice a los genes cómo expresarse para dar las características propias de la especie, lo cual nos pone a pensar en que la evolución fue la encargada de redirigir nuestra información genética para adquirir otras características con los mismos datos que tienen nuestros parientes.
Referencias:
American Society of Human Genetics (2012). “Humans, chimpanzees and monkeys share DNA but not gene regulatory mechanisms”. En línea: http://www.ashg.org/pdf/PR_primate%20release.11-6.pdf.