Los trabajos de perforación en la plataforma Myrtle en el sector marino del cráter Chicxulub, a 38 kilómetros de Puerto Progreso, Yucatán, empezaron la mañana del 7 de abril. El equipo de técnicos del Programa Internacional de Descubrimientos en los Océanos (IODP, sus siglas en inglés), a través del Consorcio Europeo de Perforaciones (ECORD, sus siglas en inglés), y en colaboración con el Programa Internacional de Perforaciones Continentales (ICDP, sus siglas en inglés) perforará el subsuelo marino hasta llegar a los 500 metros (m) de profundidad, el estrato donde comenzará la extracción de muestras para análisis científico.
El grupo de investigadores que estará en plataforma para realizar los análisis preliminares de las rocas arribará a Myrtle el 15 de abril; entre ellos se encuentra Ligia Pérez Cruz, del Instituto de Geofísica de la Universidad Nacional Autónoma de México (IG-UNAM), quien comentó que estudiar el cráter “nos va a permitir entender cómo la vida en el océano se recuperó después del impacto, posterior al periodo conocido como los océanos vacíos”. En los trabajos en la plataforma participarán 12 de los 30 científicos involucrados en el proyecto.
La Expedición 364 llegará hasta los 1 500 m de profundidad. Tiene por objetivos responder a tres interrogantes respecto al impacto del asteroide hace 66 millones de años en Chicxulub, Yucatán: la primera sobre la formación del anillo de picos del cráter, ¿cuál es la naturaleza de las rocas?, ¿de qué parte de la corteza terrestre son?, ¿cuáles son la cinemática y dinámica de formación del anillo de picos?, entre otras.
La segunda es respecto a la habitabilidad, ¿hubo actividad hidrotermal en las rocas que forman el anillo de picos?, ¿qué tipo de vida microbiológica colonizó el anillo?, ¿era variada y exótica? Y la última de las interrogantes, de acuerdo con el documento informativo “La Expedición al Cráter de Impacto Chicxulub”, es sobre la recuperación de la vida, ¿cuánto tiempo tardó el océano en volver a condiciones normales?, ¿se recuperó la diversidad poco a poco o se recuperó simultáneamente?
Para ello, durante la perforación se tomarán muestras continuas a partir de los 500 m. Se espera que a partir de los 550 m se alcance el límite Paleoceno-Eoceno, este registro es la marca de uno de los eventos climáticos más importantes y es conocido como el Máximo Termal del Paleceono-Eoceno, cuando aumentó 5 ºC la temperatura promedio del planeta. El evento se podría reconocer por la presencia de pizarras negras (que son los tapetes algales que murieron) intercaladas con piedra caliza.
El segundo estrato va de los 550 a los 650 m en el que se estudiará la recuperación de la vida después de que el asteroide de 10 kilómetros de diámetro se estrelló en el planeta. Se analizará la evolución de microfósiles (foraminíferos y cocolitofóridos, principalmente) cuyas estructuras de carbonato de calcio ahora son piedra caliza.
De los 650 m a los 800 se prevé encontrar la capa de impacto con fragmentos de rocas producidas por el impacto. Las corrientes oceánicas pudieron haber arrastrado sedimentos como esferulitas o vidrio del choque y ceniza fina que contenga cristales de cuarzo.
Entre los 800 y 1 500 m se tiene la hipótesis de que el anillo de picos se fracturó y que en esas venas se asentaron minerales provenientes de un vasto sistema hidrotermal. Las rocas en ese anillo de picos probablemente sean de origen volcánico, podrían estar “fuera de lugar”, y granitos de minerales oscuros podrían reposar sobre minerales más ligeros. Asimismo, se examinará el ácido desoxirribonucleico de microbios quimiosintéticos presentes.
Los codirectores científicos del proyecto internacional son Sean Gulick, del Instituto de Geofísica de la Universidad de Texas, interesado en el estudio de los procesos geológicos y ambientales del impacto meteorítico en el límite del Cretácico-Paleógeno. Joana Morgan, del Imperial College en Londres, quien ha diseñado una técnica de imágenes de alta resolución para obtener radiografías a detalle del anillo de picos en Chicxulub, y Jaime Urrutia Fucugauchi, investigador del IG-UNAM y presidente de la Academia Mexicana de Ciencias.
La doctora Ligia Pérez-Cruz agregó que “se realizarán análisis preliminares del material obtenido durante los pocos más de 60 días de perforación, posteriormente las muestras se transportarán en septiembre a la Universidad de Bremen, Alemania, para hacer estudios más detallados. En esa etapa estarán los 30 investigadores de Estados Unidos, Japón, Australia, Canadá, China y seis países europeos porque cada uno solicitamos muestras para diferentes análisis”.
El acuerdo con los programas IODP e ICDP, los financiadores del proyecto, comentó la investigadora, es que los científicos tienen que empezar a publicar sus resultados en revistas arbitradas conforme vayan saliendo los resultados de la Expedición 364.
En el documento explicativo “La expedición al cráter de impacto Cretácico-Paleógeno de Chicxulub” se indica que la mitad de las rocas extraídas serán guardadas en un repositorio de la Universidad de Texas; pasado un año después haberse llevado a cabo el sondeo, el material podrá ser utilizado por cualquier científico del mundo que desee estudiarlo para nuevas investigaciones.