Desde que en 1934 se descubriera el yacimiento de Marillac en Francia, el hallazgo de restos fósiles de animales –90% perteneciente a renos–, de humanos y de útiles musterienses ha permitido identificar este sitio como una zona de caza de los neandertales (Homo neanderthalensis). Pero lo que más sorprende del yacimiento es la presencia de gran cantidad de restos óseos de estos homínidos, muchos de ellos todavía por analizar.
“Algunos grupos neandertales cortaron y despedazaron cadáveres de niños o adultos poco después de su muerte», explica María Dolores Garralda
Ahora, una investigación publicada en American Journal of Physical Anthropology, analiza por primera vez los fragmentos de tres individuos hallados entre 1967 y 1980 en el yacimiento francés y que datan de hace unos 57.600 años. Se trata de una diáfisis (parte media de los huesos largos) incompleta de un radio derecho, otra de un peroné izquierdo y gran parte de un fémur derecho. Este último de un niño.
Al compararlos con los restos de otros neandertales y humanos modernos, los científicos confirman no solo la robustez y la forma redondeada de los huesos de neandertales, sino que también identifican en los tres huesos manipulaciones realizadas al poco tiempo de morir los individuos.
“Algunos grupos neandertales cortaron y despedazaron cadáveres de niños o adultos poco después de su muerte (perimortem), utilizando instrumentos líticos”, explica a Sinc María Dolores Garralda, profesora de la Universidad Complutense de Madrid, investigadora en la Universidad de Burdeos (Francia) y autora principal del trabajo.
Cortes, golpes, fracturas y manchas
El fragmento del fémur, que parece corresponder al de un niño que murió a la edad de 9 o 10 años, presenta dos grandes marcas de corte a medio centímetro la una de la otra. Por su estado de conservación, los investigadores sugieren que el hueso fue fracturado estando aún fresco con el objetivo de separar el extremo superior e inferior del fémur, donde se sitúan las articulaciones.
(SINC)