Eliminar restos de comida que quedan entre los dientes y que a menudo molestan es una de las funciones más comunes del uso de los palillos, contribuyendo de esta manera a la higiene bucal. Este hábito está asociado al género Homo desde su inicio, ya que incluso se ha documentado en dientes de Homo habilis, especie que vivió hace entre 1,9 y 1,6 millones de años.
Una nueva investigación, basada en los restos fósiles de un neandertal hallados en el yacimiento de la Cova Foradà (Oliva, Valencia), ha demostrado, además, que este homínido usaba también los palillos para calmar el dolor producido por algunas enfermedades bucales como la inflamación de las encías (enfermedad periodontal), lo que representa el caso más antiguo documentado de tratamiento paliativo asociado a una patología de este tipo y realizado con este utensilio. El estudio relaciona las marcas de palillos en molares de neandertales con la enfermedad periodontal.
El fósil en que se ha observado esta patología fue cedido para su estudio a la Universidad Autónoma de Barcelona, junto con otros restos fósiles del yacimiento, y posteriormente trasladado al Instituto Catalán de Paleoecología Humana y Evolución Social (IPHES) para el estudio dental.
“Su cronología no está clara, pero se puede asegurar que es un neandertal asociado a industria lítica musterienses, es decir, de hace aproximadamente entre 150.000 y 50.000 años”, apunta el trabajo.
La investigación evidenció que los restos maxilares presentaban porosidad, un rasgo característico de deterioro por enfermedad periodontal, y pérdida de hueso en los alvéolos –donde están insertados los dientes–, con una reducción de la masa ósea de entre cuatro y ocho milímetros, de modo que las raíces de los dientes, normalmente en el interior de los alvéolos, quedaban desprotegidas.
Los casos de surcos dentales ocasionados por palillos son numerosos entre los neandertales y generalmente no están asociados a ninguna enfermedad dental. «Sin embargo, en el caso de Cova Foradà el palillo no fue empleado sólo como una primitiva forma de higiene dental, sino que está asociado a una patología dental y a un intento de aliviar el dolor, y es lo que lo hace singular», recalca Marina Lozano científica del IPHES.
Dientes desgastados pero sin caries
El estudio ha concluido también que el neandertal no tenía caries ni había sufrido abscesos, aunque los dientes conservados presentaban un gran desgaste, fruto de una dieta abrasiva, basada en alimentos duros y fibrosos.
Lozano señala: «Este individuo, en un intento de aliviar las molestias que le ocasionaba la enfermedad periodontal, con una importante inflamación de las encías que a menudo es sangrante, tendría muchas molestias y utilizó un palillo de manera sistemática. Es muy posible que se le quedaran fragmentos de alimentos entre las raíces dentales y las encías e intentaría extraer estos restos de comida para calmar el dolor. Además, la inflamación de las encías por sí misma también provoca sensación de tener un cuerpo extraño sin que éste exista”.
Esto provocaría que, tal como hacen hoy en día muchos pacientes de enfermedad periodontal, aquel neandertal usara el palillo con más frecuencia e intensidad, lo que le causó dos surcos interproximales, es decir, en la zona de contacto entre dos dientes adyacentes, visibles en las superficies distales del PM3 (primer premolar) y M1 (primer molar) superiores izquierdos.
Es decir, que nos encontramos ante uno de los primeros ejemplos de tratamiento paliativo con palillos, el más antiguo documentado hasta la fecha. Consecuentemente, «este estudio supone un paso más para caracterizar los neandertales como una especie con un amplio abanico de adaptaciones al medio y recursos incluso en el campo de la medicina paliativa», concluye la investigadora.
Referencia bibliográfica:
Marina Lozano, Carlos Lorenzo, Gala Gómez, Maria Eulàlia Subirà, José Aparicio. «Toothpicking and periodontal disease in a Neanderthal specimen from Cova Foradà site (Valencia, Spain )» PLOS ONE 16 de octubre de 2013.