Luís Buñuel Portolés, considerado uno de los más importantes y originales directores de la historia del cine, nació el 22 de febrero de 1900 en Calanda, provincia de Teruel, España.
Tras pasar su infancia y adolescencia en Zaragoza, partió a Madrid para estudiar en la universidad. Allí, alojado en la Residencia de Estudiantes de Madrid, tuvo como amigos a otros nombres importantes del arte español de principios de siglo: Federico García Lorca, Salvador Dalí, Juan Ramón Jiménez o Rafael Alberti, entre otros.
Tras licenciarse en historia, marchó a París donde se enamora por completo del cine y colabora con autores de la escena cinematográfica francesa, muy influenciada por el movimiento surrealista de André Breton.
En 1929 debutó tras la cámara con ‘Un perro andaluz’, cinta con guion de Salvador Dalí y del propio Buñuel. La impactante escena del corte de navaja ha pasado ya a la historia del cine.
Sus ideas políticas, y su lealtad a la Segunda República, le hacieron mantenerse en el exilio durante la Guerra Civil y aún así en 1937 ayudó a supervisar el pabellón español de la República de la Exposición Universal de París.
Luis Buñuel se nacionalizó mexicano en 1949, tres años después de llegar a México, procedente de Estados Unidos, donde se exilió en un principio al salir de la España franquista.
En la página «Directores del Cine Mexicano» anotan sobre su llegada a México:
A Luis Buñuel le gustaba jugar con la idea de que la casualidad fue la que lo trajo a México en 1946. Exiliado en los Estados Unidos desde el triunfo del franquismo en España, el realizador de La edad de oro (1930) trabajaba en el Museo de Arte Moderno (MOMA) de Nueva York como colaborador de un comité de propaganda anti-nazi destinado a los países de América Latina. Decidido a establecerse en América, Buñuel estaba a punto de adquirir la ciudadanía norteamericana cuando se vio sin trabajo debido a una indiscreción cometida por su antiguo amigo Salvador Dalí.
En su libro «La vida secreta de Salvador Dalí», publicado en aquellos momentos, el pintor catalán calificaba a Buñuel de ateo. Un periodista del «Motion Pictures Herald» tomó esta declaración como base para atacar a Buñuel en un artículo en el que advertía sobre el peligro que significaba la presencia de tan escandaloso personaje en una institución cultural tan prestigiada como el MOMA. En cierto modo, lo ocurrido era más grave que una acusación de comunismo. Ante las presiones, Buñuel prefirió renunciar a su trabajo.
Sin dinero ni proyectos, Buñuel acudió a una cena en casa del cineasta René Clair en la que se encontró con Denise Tual, viuda del intérprete de Un perro andaluz (1928). Tual tenía el proyecto de producir en Francia una versión fílmica de «La casa de Bernarda Alba» de García Lorca y propuso a Buñuel que la dirigiese. Aunque reticente en un principio, el cineasta terminó aceptando el proyecto y comenzó a preparar su retorno detrás de la cámara.
Como la productora tenía que regresar a París pasando por México, Buñuel la acompañó sin imaginarse que ese primer viaje suyo a un país latinoamericano cambiaría su vida para siempre. Tras cancelarse el proyecto de filmación, el cineasta se encontró en un país extraño que lo recibió con los brazos abiertos. En una reunión, Buñuel conoció al escritor Fernando Benítez, entonces asistente del secretario de gobernación del régimen de Miguel Alemán. Conocedor de su obra, Benítez invitó a Buñuel a quedarse en México y le concertó una cita con el ministro, quien le reiteró la invitación. De esta manera, en unos cuantos días, Luis Buñuel se encontraba a punto de dirigir la primera de las 23 cintas que filmaría en nuestro país.
Sin embargo, la primera película que dirigió en México, Gran Casino (1946), resultó ser un gran fracaso, aún cuando Óscar Dancigers, un productor francés que había emigrado a México huyendo de la persecución nazi, ya estaba aclimatado en la pujante industria de la Época de Oro del cine mexicano, además de que en ese filme debutó la actriz y estrella argentina Libertad Lamarque, que también haría una extensa carrera en el cine mexicano, y tuvo la participación de Jorge Negrete.
La mayor parte de su filmografía la realizó entre México, donde hizo 22 filmes, mientras que la parte final la realizó en Francia, considerada la más acabada, con 7 películas.
“Ateo por la gracia de Dios”, como él se definía, murió en México en 1983.
En 1997, sus hijos esparcieron sus cenizas en el monte Tolocha, cerca de su Calanda natal, después de donar una gran cantidad de objetos personales de Luis Buñuel al estado español.