El II Coloquio Académico de la Maestría en Antropología, adscrita a la Facultad de la misma disciplina, tiene como objetivo exponer ante la comunidad de la Universidad Veracruzana (UV) los avances y protocolos de investigación de sus estudiantes.
Las actividades iniciaron este martes 12 de noviembre y se extenderán hasta el viernes 15. En la inauguración estuvo presente la rectora Sara Ladrón de Guevara, quien forma parte del claustro de profesores de este posgrado.
Al respecto, Sergio Vázquez Zárate, director de la entidad académica, mencionó: “Quien hoy inaugura el coloquio es también una profesora distinguida del posgrado. Cuando se elaboró esta maestría había muchos retos que cubrir y tuvimos la fortuna que rápidamente fue incorporada al Padrón Nacional de Posgrados de Calidad (PNPC) del Conacyt, lo cual nos llena de orgullo”.
Lo anterior significa que la mayoría de los estudiantes del programa cuentan con el beneficio de una beca para efectuar investigación de tiempo completo y de alto nivel, precisó.
Acerca del coloquio, Vázquez Zárate explicó que éste tiene múltiples propósitos: en primer lugar, consiste en la presentación de los protocolos de investigación, así como los respectivos avances como una forma de estimular sus tesis de grado, cuya finalidad también contempla que los estudiantes se titulen en tiempo y forma.
Otro de los propósitos es dar a conocer a la comunidad de Humanidades los trabajos que se han realizado, ya que en el posgrado se cuenta con estudiantes de muy diversos campos del conocimiento.
“Nosotros somos la segunda escuela de antropología más antigua del país desde 1957”, apuntó al reconocer que existía una importante deuda con respecto a los estudios de posgrado y adelantó que en la actualidad se trabaja en la conformación de un programa de doctorado.
Por su parte, Sara Ladrón de Guevara reconoció que su presencia en la inauguración fue el primer evento al que asiste como rectora de la UV a la Unidad de Humanidades, que es también su casa, inclusive en el mismo Salón Blanco donde realizó su examen profesional.
La también académica dijo que es un orgullo también mantener este posgrado en el PNPC, que desde el principio obtuvo un voto de confianza delConacyt ante un programa que iniciaba; “entonces nuestra responsabilidad es consolidarlo y mantenerlo para que las futuras generaciones sigan gozando de estos apoyos financieros”, afirmó.
Previo a efectuar la inauguración oficial, la Rectora de esta casa de estudios extendió una felicitación por el coloquio y se dijo orgullosa de pertenecer al grupo de académicos de la maestría, enfatizó el compromiso de colaborar en el seminario de investigación y deseó éxito en la realización del evento, al igual que a los estudiantes de la maestría.
En el evento participaron José Luis Martínez Suárez, director del Área Académica de Humanidades, y Lourdes Bejarano Almada, investigadora del Centro de Investigación y Docencia en Humanidades del Estado de Morelos, quien impartió la ponencia magistral “José Antonio Pichardo: un humanista del siglo XVIII”.
La investigadora calificó al fraile mexicano como un erudito que cultivó múltiples y variadas disciplinas, así como un historiador detallista cuyas reproducciones de códices han servido de guía para numerosos investigadores presentes y pasados.
Desafortunadamente muchos de sus documentos personales se encuentran en colecciones radicadas en el extranjero, como es el caso de las reproducciones de códices en la Biblioteca Nacional de Francia y la colección que alberga la Universidad de Texas en Austin.
Bejarano Almada expresó que su trabajo de investigación abarca varios años, en los cuales ha preparado materiales para su publicación con la finalidad de destacar la importancia del fraile que en vida llegó a poseer cerca de seis mil libros que conocía y memorizaba, según consta por testimonio de allegados y amigos.
Adscrito al convento de San Felipe Neri, fue calificado por investigadores franceses de su época como “uno de los más inteligentes escribanos que esta tierra haya dado a luz, fue además un filólogo sobresaliente como lingüista”, refirió.
“En relación con su obra humanística, su trabajo como copista no tiene parangón ya que se dio a la tarea de copiar en dos álbumes los documentos pictográficos de la antigua colección de Lorenzo Boturini, y gracias a su trabajo mucha de la información recopilada ha servido para el estudio de los documentos originales, que debido al deterioro en que se encuentran estas copias resultan de gran utilidad para reconstruir la información perdida.”
En 1808 el Virrey lo nombró para elaborar la demarcación fronteriza entre Texas y Luisiana, actividad que lo ocuparía por tiempo completo durante cuatro años. Su obra resultante, de más de cinco mil folios, ha sido considerada un referente imprescindible para comprender la historia de Texas y del Virreinato, comentó la ponente.