Maria Salomea Skłodowska-Curie nació en Varsovia (Polonia) el 7 de noviembre de 1867, hija de un profesor de física y una maestra. Tras una vida dedicada a la ciencia, murió el 4 de julio de 1934 como consecuencia de su continuada exposición a la radiación durante sus investigaciones.
Desde niña fue una alumna brillante y a los 24 años se marchó a París a desarrollar una carrera científica, donde sobrevivió con los ahorros de haber trabajado como institutriz en Varsovia, la escasa ayuda que le enviaba su padre y el apoyo de su hermana mayor, Bronia, que vivía en la capital francesa.
En 1893 acabó la carrera de Física en la Sorbona con el número uno de su promoción y un año después conoció a Pierre Curie, otro científico vocacional con el que se casó en 1895. Pasaron la luna de miel recorriendo Francia en bicicleta.
Pionera en el campo de la radiactividad, fue la primera persona en recibir dos premios Nobel en distintas especialidades –física y química– y la primera mujer en ser profesora en la Universidad de París, ciudad donde desarrolló su carrera investigadora.
Su vida personal y profesional estuvo muy ligada a su marido Pierre, con el que compartió el premio Nobel de Física –la terna la completó Henri Becquerel– en 1903. Con lo obtenido por ese premio instalaron un baño nuevo en su casa.
Como investigadora, estaba interesada en los nuevos tipos de radiación descubiertos por Roentgen y Becquerel. Utilizando las técnicas piezoeléctricas, inventadas por su marido, Marie midió las radiaciones de uranio en la pechblenda, un mineral donde abunda el citado elemento. Cuando observó que las radiaciones del mineral eran más intensas que las del propio uranio, comprendió que tenía que contener elementos desconocidos aún más radiactivos.
Pierre, que seguía con pasión el progreso de los experimentos de su mujer, abandonó su propio trabajo sobre magnetismo para ayudarla.
En 1898, el matrimonio anunció el descubrimiento de dos nuevos elementos: el polonio y el radio, pero todavía pasaron cuatro años más trabajando para demostrar su existencia. Necesitaron nada menos que una tonelada de pechblenda para aislar un gramo de radio.
En 1911 le entregaron el Premio de Química,»En reconocimiento a sus servicios para el avance de la química al descubrir los elementos radio y polonio, por medio del aislamiento del radio y el estudio de la naturaleza y los componentes de este sorprendente elemento»
Durante la Primera Guerra Mundial Curie propuso el uso de la radiografía móvil para el tratamiento de soldados heridos, en un coche que fue bautizado con el nombre de Petit Curie.