Miguel de Jesús Cházaro Basáñez, académico de la Facultad de Biología de la Universidad Veracruzana (UV), recibió el 13 de noviembre la Medalla Ometochtli dentro del V Congreso Nacional del Maguey y el Pulque, que cada año rinde un homenaje a las personas que han hecho algo a favor de la cultura del maguey.
En el evento –organizado por la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo, la Escuela Superior de Apan, Amigos del Museo del Maguey y el Pulque y el Ayuntamiento de Tepeapulco– se entregó el reconocimiento que en esta ocasión mereció Cházaro Basáñez, miembro del Sistema Nacional de Investigadores y quien desde hace 30 años se dedica al estudio del agave.
“A lo largo de cerca de 40 años en la botánica he obtenido muchos reconocimientos, pero éste fue muy halagador porque se refiere al trabajo de los agaves, ya que tengo unos 40 artículos y varios libros sobre el tema.
”Este reconocimiento se le otorga a las personas que han contribuido al estudio de los agaves y fue muy satisfactorio; no me dijeron nada hasta que estaba ahí”, comentó al señalar que acudió para impartir la conferencia “Estudio botánico de los agaves”.
La Medalla Ometochtli es un reconocimiento a la trayectoria, pero particularmente, apuntó, al trabajo que he publicado, “por eso la gente me conoce en Europa y Estados Unidos, “porque publico en la revista International Cactus Adventures que se imprime en tres idiomas y circula en varias partes del mundo”.
El académico resaltó la importancia de dar a conocer los hallazgos y resultados de investigaciones: “Si uno no publica, nadie lo va a conocer, pero si se hace en revistas que tienen amplia circulación, es mejor”.
Cházaro Basáñez laboró como académico e investigador en la Universidad de Guadalajara por 26 años, durante los cuales duplicó el número de especies registradas de agave, de 11 a 28 solamente en el estado de Jalisco.
En México hay 150 especies de agave, pero sólo cinco mexicanos han escrito sobre nuevas especies, puntualizó. “Yo he descrito ocho especies nuevas, más nuevos registros; por ejemplo, cuando llegué a Jalisco en 1986 sólo había 11 especies conocidas para la entidad, ahora estamos en 28, es decir, se incrementó a más del doble. En Veracruz se conocían ocho y he adicionado tres más como nuevas especies: el Agave wendtii, el Agave gomez-pompae y el Agave jimenoi”.
En cuanto a nuevos registros para la entidad veracruzana, señaló que a raíz de sus trabajos se cuenta con datos de las especies Agave warelliana, Agave ellemeetiana, Agave ghiesbreghtii y Agave potatorum.
Detalló que la distribución geográfica de los agaves “comprende desde el sur de Estados Unidos, México, Centroamérica y el norte de Sudamérica (Colombia y Venezuela); sin embargo algunas especies llevadas por los españoles a Europa se han naturalizado. Ahora sabemos que existen 200 especies de agave y de ellas 150 crecen en forma espontánea en el territorio nacional”.
Por tal motivo recalcó la importancia de que los jóvenes universitarios se sumen a este tipo de trabajos de investigación que conllevan a la elaboración de artículos, tanto de carácter científico como de divulgación, porque, como sucede en otras disciplinas del conocimiento, “hay más autores extranjeros que escriben sobre nuestro país y algunos lo hacen incluso sin haber estado en México, pero sucede que ellos sí publican y son conocidos en el mundo”, refirió.