El 9 de mayo pudimos ver desde la Tierra cómo Mercurio pasaba por delante del Sol. Este tránsito de Mercurio tan solo se produce unas 13 veces por siglo, por lo que astrónomos de todo el mundo estaban deseando capturar el evento.
Pero el astrofotógrafo Thierry Legault no se conformaba con obtener una imagen de Mercurio y el Sol: él quería que también apareciese la Estación Espacial Internacional.
Y para fotografiar la Estación mientras pasa por delante del Sol, hay que estar ubicado en una franja de menos de 3 km de ancho. Así que Thierry tuvo que volar hasta los Estados Unidos desde su casa cerca de París.
El 9 de mayo había tres lugares desde los que se podía fotografiar la Estación y Mercurio recortándose al mismo tiempo sobre el disco solar: la región de Quebec, en Canadá, y el área de los Grandes Lagos y el estado de Florida, en los Estados Unidos.
Como explica Thierry, elegir la ubicación ideal no fue nada fácil: “Los pronósticos anunciaban mal tiempo en Canadá y en Florida no conseguía encontrar un lugar público lo bastante tranquilo, así que me fui a las afueras de Filadelfia”.
Cargado con 45 kg de equipo, Thierry voló a Nueva York para después conducir dos horas hasta Filadelfia en busca de la ubicación perfecta. Y aun así, todos los preparativos y el viaje transoceánico podrían haber sido en vano, ya que la Estación pasa por delante del Sol en menos de un segundo y la más mínima nube podría haber arruinado la toma.
“Tuve mucha suerte: a los 10 minutos de hacer las fotos, las nubes cubrieron el cielo —confiesa Thierry con alivio—. Justo antes de que pase la Estación sientes cómo sube la adrenalina. Solo tienes una oportunidad de disparar con la cámara. No puedes pedirle al satélite que dé la vuelta para intentar fotografiarlo de nuevo. Y puede pasar de todo”.
No obstante, todos los esfuerzos merecieron la pena. Esta imagen presenta varios fotogramas superpuestos para mostrar el recorrido de la Estación. Mercurio aparece en forma de pequeño punto negro sobre la parte inferior central del Sol.
Pata Thierry, los preparativos y la búsqueda del lugar perfecto son lo mejor de la experiencia.
“La astrofotografía es mi gran afición, a la que dedico muchas horas. Pero, incluso sin cámara, recomiendo a todo el mundo que observe el cielo nocturno. La Estación Espacial Internacional puede apreciarse con bastante frecuencia y hay muchas más cosas que ver. Basta con mirar en el momento adecuado”.