Jorge Antonio Lechuga Andrade

Jorge Antonio Lechuga Andrade


Fueron seis años de esfuerzo lo que le llevó al mexicano Jorge Antonio Lechuga Andrade conseguir las patentes para su sistema desalinizador de agua de mar, el cual es considerado original, innovador y sustentable.

El tiempo que tardaron en entregarle las patentes se debió a que se le hicieron pruebas operativas al equipo, así como para encontrar las diferencias puntuales que permitieran determinar que este era realmente un invento nuevo, comparado con los que se presentaron en otras partes del mundo.

Las patentes tienen una validez de 20 años y quedaron registradas ante el Instituto Mexicano de propiedad Intelectual (IMPI) y la Oficina de Patentes de Estados Unidos de Norteamérica.

Lechuga Andrade cuenta con 35 años de experiencia en la industria privada y 28 años de docencia en la Facultad de Ingeniería Química de la Universidad Autónoma de Yucatán (Uady), donde también ha fungido como director. Después de realizar dos maestrías en el área de ingeniería química y una en el área de administración, desarrolló innovaciones en el proceso de desalinización del agua por ósmosis inversa centrífuga por generación de vórtices de Dean durante su doctorado, por lo que recibió el Premio Nacional del Instituto Mexicano de Ingenieros Químicos 2015.

A lo largo de su vida profesional, Lechuga Andrade ha formado parte de industrias privadas en Monterrey y Mérida. Con 11 años de experiencia, se integró a la Uady como profesor investigador de medio tiempo en 1986, donde sería nombrado director para el periodo 1995 a 2013. A los 68 años de edad, Lechuga Andrade emprendió un viaje hacia Europa decidido a estudiar el doctorado en la Universidad Politécnica de Cataluña (UPC), en España, y en el Instituto Politécnico Nacional de Toulouse, Francia, sobre procesos de innovación en ingeniería de producto y de proceso.

 

La ósmosis inversa centrífuga

El inventor resaltó que son múltiples las ventajas que ofrece este sistema que desaliniza el agua de mar para convertirla en potable y cuya característica es la técnica de ósmosis inversa centrífuga con vórtices de Dean, lo que reduce costos de producción, de energía eléctrica, así como de impactos ambientales.

En ese sentido, explicó que una de las características de alto impacto es que el sistema es centrífugo, lo que permite reducir el consumo de energía, casi en un 80% respecto de otros que se utilizan en Europa y Medio Oriente.

Adicionalmente, los costos de producción son menores porque el mismo sistema permite que haya una limpieza sistemática de las membranas, lo cual en otros procesos se debe realizar de manera manual, lo que implica tiempo dedicado a la limpieza y no a la producción.

Y más aún, resaltó, este sistema centrífugo reduce impactos ambientales, pues una vez teniendo el agua de rechazo –como parte normal del proceso de desalinización-, ésta pasa por el filtrado de ósmosis para un post-tratamiento y sólo así, se regresa al mar, con tal de evitar el impacto a la flora y fauna marina.

En otros procesos que se utilizan en Islas Canarias y Medio Oriente, comentó, la desalinización de agua de mar, requiere un elevado consumo de energía, provoca impactos ambientales y el proceso debe detenerse para limpiar los sistemas y poder continuar.

Como parte de su investigación, el yucateco viajó a las Islas Canarias para conocer los procesos que se hacían en las desalinizadoras existentes.

jorge lechuga andrade02En ese tiempo se percató que tanto en Europa como en Medio Oriente había mayor aceptación de la ósmosis inversa convencional. El costo de energía y la contaminación ambiental era alto, ya que se usaban energías a base de combustibles fósiles como el petróleo.

Por lo anterior, Lechuga Andrade empezó a pensar en un proyecto no solo innovador sino también sustentable.

Pongo de ejemplo a dos boxeadores, uno está parado y viene el otro, le pega con toda su fuerza y lo hace caer, pero el que va a recibir el golpe si se mueve hacia atrás puede amortiguar o esquivar este. Por otra parte, cuando el boxeador está entrando con un golpe y tú lo recibes también, aun con poca fuerza puedes noquearlo, que fue lo que le pasó a Pacquiao contra Márquez, se llama el counter», señaló el investigador.

El desarrollo de la planta piloto valió para el investigador el reconocimiento de Invención de Desarrollo Tecnológico e Investigación en Ingeniería Química por el Instituto Mexicano de Ingenieros Químicos (IMIQ) y el Premio Ing. César Baptista por su Trabajo en Excelencia en Ingeniería Química.

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