La mala alimentación es la principal causa de los padecimientos de salud en el mundo y se estima que para el 2020 contribuirá en alrededor del 75 por ciento de las muertes relacionadas con enfermedades crónicas como diabetes, cáncer y patologías cardiacas dado el incremento en la ingesta de grasas saturadas.
Así lo establece un informe del Global Burden of Diseases Nutrition and Chronic Diseases Expert Group, publicado en el Brithish Medical Journal donde se analiza el consumo mundial de los principales aceites y grasas en la dieta por región, país, edad y sexo. De acuerdo con este análisis, México es uno de los países con un alto consumo de grasas trans en el mundo, con un rango de entre 3.5 y 4.5 por ciento para adultos mayores de 20 años.
El estudio dirigido por Renata Micha y Dariush Mozaffarian, investigadores en el Departamento de Epidemiología en la Harvard School of Public Health (HSPH), establece que México se ubica ya muy cerca del promedio mundial (9.4 por ciento) en el consumo de grasas saturadas, con un rango de 7.0 a 8.4 en adultos mayores de 20 años. Y se ubica por encima del promedio mundial en el consumo de alimentos con impacto nocivo de colesterol.
Los investigadores de la Harvard School of Public Health documentaron que dentro de las diferentes regiones y países, el consumo de grasas y aceites fue generalmente similar para hombres y mujeres.
Otro análisis realizado con base en estadísticas de la Organización para la Agricultura y la Alimentación de Naciones Unidas (FAO, por sus siglas en inglés) advierte que en los últimos 20 años el consumo de grasas en México se incrementó 17.2 por ciento al pasar de 81 gramos de grasa por persona al día, a 95 gramos diarios.
Este mapeo de la ingesta de grasas establece que el promedio en el mundo es de 79 gramos por persona al día; sin embargo, en los países desarrollados este consumo alcanza 131 gramos diarios. Mientras que en los países en desarrollo se ubica en 66 gramos y en las naciones del África Sub-Sahariana apenas llega a 46 por persona al día.
Los estudios han documentado que el consumo de grasas es la principal causa en el incremento de peso en la población que enfrenta en prácticamente todos los países del mundo, muy por encima de la ingesta de azúcares y carbohidratos.
Esta situación ocurre porque el metabolismo de las grasas es distinto y el cuerpo humano trabaja de forma diferente con los carbohidratos y las grasas. Mientras los primeros van al hígado y sirven para dar energía al músculo esquelético, las grasas prácticamente sólo contribuyen a aumentar el tejido adiposo.
(Agencia ID)