El plazo que contempla el Informe de la UNESCO sobre la ciencia: hacia 2030, quince años, es un ejemplo de que en cualquier proyecto de planeación se tienen que contemplar plazos largos, ya que los países que lo han hecho lo ven reflejado exitosamente en este informe, por lo cual este debe ser el siguiente paso para México, es la única manera de lograr el desarrollo sostenido, dijo William Lee, secretario de la Academia Mexicana de Ciencias, durante la presentación de reporte que hizo el organismo internacional en la Ciudad de México.
“Muchos de los datos que contempla el informe de la Unesco para México, como el número de investigadores y de publicaciones, están por debajo de los indicadores de los países desarrollados, pero en lo que se refiere a las patentes, si lo miramos comparativamente con los países de la Unión Europea o Corea del sur, podemos notar que estamos muy por debajo y esto se debe, en parte, a que no hemos logrado integrar del todo la inversión del sector empresarial y privado”, indicó el también titular de la Coordinación de la Investigación Científica de la UNAM.
En su participación, Enrique Cabrero Mendoza, director general del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), destacó que el informe da una visión global, tanto cuantitativa como cualitativa, de cuál es la participación de nuestro país en cuanto la ciencia, la tecnología y la innovación, sin embargo, datos posteriores al informe indican que respecto a la meta de alcanzar el 1% del Producto Interno Bruto (PIB) de inversión al sector, se sigue “trabajando en impulsar que la iniciativa privado tenga mayor inversión en la ciencia, la tecnología y la innovación en nuestro país”.
Durante la presentación en México del que es el sexto informe de la Unesco acerca del estado mundial de la ciencia, Cabrero Mendoza mencionó que en términos reales la inversión en CTI ha aumentado un 30%. En lo referente al indicador del Gasto Nacional en Ciencia y Tecnología e Innovación, “estamos cerca de alcanzar la meta con lo que poco a poco México avanza en el ámbito internacional, pero debemos constatar que todavía queda mucho por hacer, tenemos muchas áreas de oportunidad como muestra este informe, entre ellos la ampliación del número de científicos, lo que a su vez traería una mayor capacidad de generación de conocimiento”.
La directora y representante de la Oficina de la Unesco en México, Nuria Sanz, señaló que uno de los aspectos que más llamaron la atención de este sexto informe es que algunos países desarrollados del norte han reducido sus inversiones destinadas a ciencia, tecnología e innovación frente a los países en desarrollo del sur, donde los casos paradigmáticos son China y Malasia.
En el caso de China ha pasado al segundo lugar con el 20% de la inversión (global más investigación y desarrollo) en ciencia, tecnología e innovación, por delante de la Unión Europea con el 19% y Japón con el 10%, mientras que Estados Unidos sigue en el primer lugar con el 28%. En lo que respecta al Reino Unido, su inversión bajó del 0.43% al 0.44% frente a países en desarrollo del hemisferio sur que han repuntado sus presupuestos como Corea del Sur, que alcanzó el mayor crecimiento de 2005 al 2013, al pasar de un 0.60% al 0.95% de su PIB.
Nuria Sanz comentó que el panorama mundial sigue siendo considerablemente desigual, aunque subrayó que no hay un norte privilegiado y un sur que aún no llega. “Hay dos partes que se están acercando, hay mucha más aceleración del ingreso y más aceleración de la inversión en investigación en ambos.
Respecto a la ciencia y a la educación, el informe destaca que en el caso de nuestro país, se dan dentro de un contexto de fronteras cerradas, lo que tiene repercusiones, por ejemplo, en la implementación de los mecanismos de cooperación bilateral. Por ello, uno de los retos para México es que la inversión del sector industrial en CTI aumente al igual que lo ha ahecho la inversión estatal, señaló por su parte, José Mustre de León, director general del Cinvestav.
En la presentación del documento estuvieron también en la mesa de honor Francisco Bolívar Zapata, investigador del Instituto de Biotecnología de la UNAM; José Franco, coordinador del Foro Consultivo Científico y Tecnológico, ambos ex presidentes de la Academia Mexicana de Ciencias; y Philippe Vielle, del Laboratorio Nacional de Genómica para la Biodiversidad del Cinvestav.
El informe
El Informe de la UNESCO sobre la ciencia: hacia 2030 se presentó, por primera vez, el diez de noviembre del año pasado en la sede de esta organización en París, Francia. Este informe, que se publica cada cinco años, está redactado por un grupo de más de 50 expertos internacionales y tiene como uno de sus objetivos hacer un balance del estado de la ciencia, la tecnología y la innovación a nivel mundial.
El informe, que en esta ocasión cubre el mayor número de países (108 países), está conformado por cuatro capítulos: Perspectivas sobre los problemas emergentes, Panorama mundial, Una mirada más cercana a las regiones y a los países y un Anexo. Cabe destacar que en el capítulo tres los especialistas hacen un análisis por regiones, para lo cual determinaron 13 de ellas, pero también se enfocan en algunos países, tal es el caso de Brasil, Canadá, China, Estados Unidos, Rusia, India, Irán, Israel, Japón, Malasia y Corea del sur.
El trabajo abarcó como período de análisis del 2009 al 2014, se enmarca en la Agenda 2030 para el desarrollo Sostenible, que fue aprobada por las Naciones Unidas en septiembre del 2015, y contempla 17 aspectos, entre los cuales está la equidad de género, la salud y la educación.
Algunos datos que se desprenden de este informe son que en comparación con el informe de 2002-2007, a nivel mundial en 2013 se alcanzó un gasto interior bruto en investigación y desarrollo de 1 478 000 millones de dólares en comparación con 1 132 000 millones de dólares en 2007, lo cual representó un incremento del 47%, que tuvo lugar en la recesión económica mundial. Además, en los países de renta muy baja y de renta media se ha experimentado casi un 10% de crecimiento en la inversión en ciencia y desarrollo en los últimos cinco años, y hubo un aumento de investigadores a nivel mundial del 5%, rubro en el que China llevó casi la mitad de esa cifra, mientras que la producción de artículos arbitrados también subió 23% en los países de renta media y baja.