En su conjunto, los Institutos Nacionales de Salud y los Hospitales Regionales y de Alta Especialidad son las entidades que más producción científica realiza en México para el Sector Salud, según el Ranking de Producción Científica Mexicana 2011 del Foro Consultivo Científico y Tecnológico; y en estos destaca que la mayoría de sus investigadores son mujeres.
De acuerdo al Sistema Institucional de Investigadores de la Secretaría de Salud (Ssa), en los Institutos Nacionales de Salud y los Hospitales Regionales y de Alta Especialidad se tienen registrados hasta 2013 mil 300 investigadores, de los cuales 55 por ciento son mujeres.
La doctora María Dolores Correa Beltrán forma parte de esa mayoría, pero sus funciones no sólo se enfocan al quehacer científico, sino también es directora de Investigación en el Instituto Nacional de Pediatría (INP), donde el porcentaje de investigadoras supera el 60 por ciento.
Su línea de investigación es la infección causada por Toxoplasma gondii, protozoario parásito causante de la toxoplasmosis, la cual puede contraerse por trasplante de órganos sólidos, manejo inadecuado de los excrementos de gato (que puede llevar al consumo accidental de partículas patógenas) o consumo de carne cruda o mal cocida de aves y mamíferos.
“El protozoario puede transmitirse de madre a hijo durante la gestación, y hay unos aspectos muy interesantes desde el punto de vista inmunológico en términos de la respuesta contra Toxoplasma que pueden explicar varios mecanismos de su patogenia. Asimismo, hemos diseñado tecnología de diagnóstico del parásito, tanto inmunológica como molecular”, refiere la especialista.
Durante su trayectoria profesional, la doctora Correa Beltrán ha generado 85 artículos científicos, ocho libros y ha escrito 50 capítulos, tanto a nivel nacional como internacional. “Aunque considero que he tenido suerte, en el camino me he enfrentado a ciertas circunstancias, pues no me tocaron las facilidades que en la actualidad existen. Por ejemplo, ahora a las chicas que estudian el doctorado no las dan de baja al ausentarse seis meses por cuestiones de maternidad”, apunta.
Asimismo, resalta que en su generación era difícil que una mujer llegara a ocupar un cargo directivo como el que tuvo en el Instituto de Diagnóstico y Referencia Epidemiológicos (InDRE); el del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), donde fue directora de Investigación Básica, o el que desempeña en la actualidad.
“En el primero fui nombrada por una mujer y en los otros dos por hombres. En este sentido, creo que si queremos promover la equidad de género en el ámbito académico o profesional, debemos olvidar el sexo de la persona y sólo tomar en cuenta sus habilidades y capacidades para la promoción”, señala.
Ante ese panorama se han hecho adecuaciones al marco legal, como las reformas aprobadas por el Congreso de la Unión el 7 de junio de 2013 a cuatro artículos de la Ley de Ciencia y Tecnología, cuya finalidad es promover la igualdad de género mediante la participación equitativa y no discriminatoria entre hombres y mujeres en la investigación científica y tecnológica.
Por otra parte, de acuerdo con una publicación del FCCyT, llamada “Una mirada a la ciencia, tecnología e innovación con perspectiva de género: hacia un diseño de políticas públicas”, el ideal de igualdad de género se ha descrito como el punto en el que las mujeres puedan desarrollar sus capacidades con la misma facilidad que los hombres, pues se han generado las condiciones que les otorgan, de facto, las mismas oportunidades, lo cual debe resultar en una presencia equilibrada de hombres y mujeres en todas las jerarquías institucionales.
“En efecto, aunque tenemos algunas diferencias, las mujeres y los hombres somos igualmente capaces. Por dicha razón, más que pensar en ‘la’ o ‘el’ investigador, yo considero a mis colaboradores como un grupo sinérgico y mixto”, enfatiza la doctora Correa Beltrán.