Las mujeres rurales representan casi la mitad de la fuerza de trabajo agrícola en todo el mundo: Ellas cultivan, procesan y preparan gran parte de nuestros alimentos. Son el pilar de las comunidades rurales, y en muchos hogares son las principales encargadas de la seguridad alimentaria, las oportunidades de educación y la atención de la salud, apuntó Ban Ki-moon, Secretario General de la Organización de las Naciones Unidas, en la conmemoración del Día Internacional de las Mujeres Rurales 2016.
Sin embargo -agregó-, los efectos del cambio climático y la degradación ambiental están obligando a muchas mujeres rurales a migrar, lo que hace que aumente la inestabilidad de sus familias y comunidades y supone un obstáculo para el desarrollo y el crecimiento.
Los desastres naturales -prosiguió-, junto con las crisis recurrentes de evolución lenta, como las sequías, afectan a las mujeres rurales de forma desproporcionada, lo que se suma a las dificultades que ya tienen para acceder a los alimentos, la atención de la salud, la educación y la información.
«Sin embargo, la migración puede aumentar su aislamiento y marginación. Otras mujeres quedan atrás cuando los varones de la familia se van a buscar oportunidades en otros lugares. Ambos grupos necesitan el apoyo de la comunidad internacional, como parte integrante de los debates sobre la migración y el desarrollo», dijo.
Mencionó que estas situaciones se pueden revertir, incluso con la «introducción de simples cambios de política»: Por ejemplo, la regulación de las remesas y la reducción de los costos de transacción pueden empoderar económicamente a las mujeres rurales para que puedan aumentar la resiliencia de sus familias y comunidades. La capacitación y el acceso a información sobre la tecnología y la agricultura resilientes al clima pueden cambiar esta situación en forma radical. No obstante, con demasiada frecuencia se considera que estas cuestiones corresponden solo a los hombres, y las mujeres quedan excluidas y no pueden sacar provecho de esos conocimientos, expresó.
En este momento en que estamos buscando las mejores maneras de responder a los movimientos de refugiados y migrantes, exhortó a los gobierno de todo el mundo a tomar en cuenta las necesidades y preocupaciones especiales de las mujeres rurales.
La Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible -mencionó- promete no dejar a nadie atrás, lo que implica ayudar a las mujeres rurales a prosperar y acceder al apoyo y la información que necesitan, de manera que puedan desarrollar su potencial sin tener que abandonar sus comunidades.
La ONU en sus consideraciones sobre la fecha menciona que las mujeres rurales representan una cuarta parte del conjunto de la población mundial. En los países en desarrollo, las mujeres rurales suponen aproximadamente el 43 por ciento de la mano de obra agrícola. Teniendo en cuenta que el 76 por ciento de la población que vive en la extrema pobreza se encuentra en zonas rurales, garantizar el acceso de las mujeres rurales a recursos agrícolas productivos empodera a las mujeres y contribuye a reducir el hambre y la pobreza en el mundo.
El primer Día Internacional de las Mujeres Rurales, se realizó el 15 de octubre de 2008. Este día internacional nuevo, establecido por la Asamblea General en su resolución 62/136, de 18 de diciembre de 2007, el cual reconoce «la función y contribución decisivas de la mujer rural, incluida la mujer indígena, en la promoción del desarrollo agrícola y rural, la mejora de la seguridad alimentaria y la erradicación de la pobreza rural».