Sandra Isabel Jiménez Mateos
El Covid-19, es una enfermedad que no ha podido ser detenida. Es generada por el coronavirus SARS-COV-2, recién aparecido en el humano y con una facilidad de transmisión bastante alta.
Hasta ahora la única sustancia que ha demostrado ser eficaz para inactivar virus, así como eliminar bacterias, hongos, esporas y micobacterias, es Nbelyax, una nanopartícula obtenida de extractos vegetales cítricos, que es la base de los productos Eviter, los cuales incluso ya fueron certificados en México, su lugar de origen, por el Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias (INER), la institución de más prestigio para estos males en el país.
El producto ha demostrado tanta eficacia que tiene patente registrada en 104 países, y se exporta a diversos países, los cuales lo adquirieron para atender la emergencia por el Covid 19.
La nanopartícula es capaz de penetrar en los microorganismos patógenos para destruir su ADN y su ARN, y ya demostró su eficacia contra microorganismos tan agresivos como el virus del ébola, que provocó una epidemia multinacional entre 2012-2014, en África, sobre todo.
Ahora, frente al virus SARS-COV-2, causante de la enfermedad Covid-19, los hermanos Gabriela y Sergio León Gutiérrez, creadores de la nanopartícula Nbelyax, donaron a China cuatro toneladas de productos que contienen la nanobiomolécula, para que se aplique en la cepa original y probar su eficacia frente a la misma, los cuales llegaron a ese país desde mediados de marzo.
Los primeros datos recibidos son alentadores, en el sentido de un actuar positivo de la Nbelyax frente al SARS-COV-2.
Antes, en 2014 se envío un cargamento de 4.5 toneladas, donados a Liberia, para combatir el ébola
«Recibimos una carta de agradecimiento del gobierno de Liberia diciendo que había sido uno de los factores para ayudar a contener la pandemia, pero no teníamos datos científicos, como los que ahora solicitamos a China», explica la ingeniera bioquímica Gabriela León
En febrero se realizaron pruebas en México, en el INER, y el resultado fue que los productos Eviter demostraron “una alta eficacia en la inhibición de la replicación de virus diversos en cultivos celulares”.
En una entrevista publicada por el diario Reforma, enfatiza: “no somos nosotros quienes decimos qué funciona: lo dice el Laboratorio de Virología del Instituto Nacional Enfermedades Respiratorias, uno de los lugares con mucho profesionalismo para manejo de virus respiratorios y que tiene la capacidad técnica y profesional, así como los conocimientos, para decir si funciona o no».
Gabriela León
El aval que emitió el Dr. Carlos Cabello Gutiérrez apunta que los productos Eviter inhibieron a virus de RNA, como el de la influenza A (H1N1) –entre otros-, por lo cual “tenemos certeza plena de que tienen 99% de probabilidades de surtir el mismo efecto en CORONAVIRUS”.
De hecho, agrega el documento emitido por el INER:
“El compuesto ya fue analizado frente a virus de DNA como Adenovirus, Virus Herpes tipo I y II, los cuales son más resistentes que los virus de RNA e igualmente inhibe su replicación, por lo que los coronavirus podrían ser más susceptibles a este compuesto”
«Estamos seguros de que puede inactivar la cepa, porque llevamos diez años trabajando con virus, no somos improvisados”, puntualiza Gabriela León.
Gabriela León menciona lo inadecuado que se intente inhibir la reproducción de los virus con desinfectantes logrados desde hace dos siglos, como el cloro o el yodo, cuando los microorganismos han mutado para aumentar su poder.
«¿Cómo podemos seguir pensando que un nuevo virus para la humanidad puede ser combatido o atacado con tecnologías de hace 200 años?. No hablo mal de esas tecnologías: en su momento funcionaron, y funcionaron muy bien, pero los bichos evolucionan, mutan, y por eso ahora tenemos las súperbacterias, que no se mueren con ningún antibiótico. Tampoco tenemos que pensar que todos los virus se van a morir con cloro».
Incluso el triclosán, que se desarrolló en 1969 como componente del gel antibacterial, se prohibió en Europa y Estados Unidos por ser cancerígeno, señala.
«Si evoluciona el internet, ¿por qué no el arma para combatir un bicho?. Hoy hablamos del coronavirus, pero nos amenazan muchas otras bacterias que causan neumonía y hoy también encontramos sarampión en México», remarca.
Ante esta perspectiva, es que buscó un elemento que permitiera atacar a estos microorganismos desde su origen y logró desarrollar la «supermolécula» Nbelyax, que ya tiene patente en 105 países, entre ellos México, Japón, Estados Unidos, Emiratos Árabes, Paraguay, Nigeria y Sudáfrica.
Una nanobiomolécula, biodegradable
Y que sólo ataca a los patógenos
Nbelyax tiene también la característica de ser amigable con el medio ambiente, pues la nanobiomolécula es biodegradable y se elimina en 8 días, con lo cual evita una sobrepresencia en el medio ambiente, afectando a otras formas de vida.
La nanopartícula sólo aniquila a los patógenos, sin afectar al organismo humano, ni a otros animales o a la flora. Esto es también por lo que Nbelyax no es cancerígena, como otros desinfectantes.
¿Cómo logra esto?.
Estudios de biofísica determinaron que los microorganismos tienen una carga magnética diferente a las de las células de los animales y las plantas. Esto le permite a Nbelyax reconocerlos y atacarlos, y por lo mismo es que no afecta al ser humano, los animales y las plantas.
Sergio León Gutiérrez, Director de la empresa
«¿Qué sucede, por ejemplo, con el cloro? Te lo pones en las manos y mata también tus células sanas”, apunta Gabriela León.
Nbelyax ataca directamente la cadena genética de los microorganismos. Mide dos nanómetros, lo que le permite entrar en los patógenos -el más chico mide 40 nanómetros- y destruir su material genético, para que no haya memoria genética ni resistencia.
Un nanómetro es la millonésima parte de… un milímetro.
«Imagínate el bicho como una pelota de tenis, y lo que nosotros estamos haciendo es como del tamaño de una lenteja. Una nanopartícula con la que logramos entrar en el virus y destruir su material genético”, ejemplifica.
En cambio, «los otros productos –como cloro, cuaternarios de amonio, yodo- eliminan esta misma pelota de tenis con una pelota de basquetbol que rompe la envoltura de los patógenos -membrana o cápcide- y los mata, pero el código genético queda intacto, y por eso crean resistencia los patógenos».
«Hubo un vacío de investigación creyendo que los antibióticos de cuarta o de quinta generación serían suficientes. Como humanidad nos faltó ver que si un microorganismo puede mutar en 20 minutos: ¿a qué ritmo deberíamos investigar? Lo estamos viendo ahorita. Este virus surgió en China en noviembre pasado y ya hay cuatro cepas. Y no estamos ni con la vacuna de la primera», remarca.
Por eso la importancia de tener un elemento que permita desactivar a los microorganismos desde su componente genético y que les impida reproducirse y generar resistencia.
- Investigadora del Instituto de Investigaciones y Estudios Superiores Económicos y Sociales, de la Universidad Veracruzana