Los riesgos asociados a fenómenos naturales abarcan un amplio espectro de estos, además de los relacionados a sismos, están los deslizamientos de terreno, inundaciones, huracanes, etcétera; eventos recientes ejemplifican que aún se tiene un largo camino por recorrer para tener una mejor capacidad de respuesta ante estos eventos.
“Es importante el estudio de los riesgos asociados a fenómenos extremos como sismos de gran magnitud, erupciones volcánicas muy fuertes y huracanes de muy alta intensidad, para hacer una oportuna evaluación de los mismos y aportar, desde la ciencia, conocimiento de cómo podemos entenderlos con el fin de tener la posibilidad de hacer predicciones, que es uno de los componentes más difíciles en el análisis de riesgo”, compartió Jaime Urrutia Fucugauchi.
El presidente de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC), quien coordina junto con José Ramón Cossío Díaz, ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, el simposio A 30 años del ´85 en El Colegio Nacional, institución de la que ambos son miembros, participará en dicha reunión con la conferencia “Geofísica, riesgos y desastres”.
Sobre al simposio, a realizarse 23 y 24 de septiembre, comentó que el tema de riesgos es importante en el mundo, ya que los desastres ocasionados por fenómenos naturales afectan a naciones en vías de desarrollo y a las desarrolladas. Las diferencias en los efectos radican en la infraestructura y capacidades de respuesta y en cómo están estructurados y operan los sistemas de prevención y mitigación.
Los efectos presentan un amplio rango, “no son los mismos cuando el fenómeno ocurre en países como Japón o Haití, donde las condiciones económicas, sociales y de infraestructura son distintas”.
Urrutia agregó que hacer un análisis sobre esto permite tener la posibilidad de dimensionar qué medidas, en un momento dado, que funcionan muy bien en algún país desarrollado se podrían aplicar en otros en donde no existe la infraestructura ni tampoco el contexto social y político.
La conferencia que el investigador dictará en El Colegio Nacional abordará los riesgos que presentan los fenómenos geofísicos (sismos, erupciones volcánicas, tsunamis, deslizamientos de terreno, huracanes, entre otros), los avances que ha habido al respecto, sobre todo en los últimos años; así como en los desarrollos en los sistemas de monitoreo, incluyendo las redes satelitales de observación terrestre, las cuales permiten cubrir áreas en donde anteriormente se tenía poca instrumentación.
Además de comentar de las nuevas tecnologías, redes instrumentales y de las investigaciones sobre diferentes fenómenos, Urrutia Fucugauchi destacó que estudiar los diferentes eventos y documentar los efectos facilita ubicar las zonas más vulnerables, para poder diseñar sistemas adicionales con el objeto de reducir los riesgos.
“El problema de tener poblaciones establecidas en zonas de fallas se da por lo general en países desarrollados, como el estado de California en Estados Unidos, donde la zona es susceptible a fuertes temblores, y dado el desarrollo económico y poblacional de esa entidad, no se puede hacer un retiro masivo de personas. Entonces los sistemas de respuesta y mitigación están encaminados a reducir los daños y disminuir los riesgos en zonas densamente pobladas», indicó el geofísico.
Añadió que los análisis de riesgos y desastres están enmarcados dentro del crecimiento poblacional y el crecimiento de los centros urbanos, incluyendo las megaciudades, e hizo hincapié en que desde hace unos años se registran más habitantes en zonas urbanas que en zonas rurales.
Jaime Urrutia destacó, por otro lado, que tras el sismo de 1985 se apoyaron aún más estudios en geofísica y geología, «porque han sido ciencias críticas al analizar estos fenómenos, y lo que pasó es que hubo más apoyo económico para algunos proyectos, incluyendo los que se realizaron inmediatamente después del terremoto en colaboración con Petróleos Mexicanos, con estudios de las líneas sísmicas y los pozos profundos que dieron una gran cantidad de información sobre la estructura de la Cuenca de México y esto también se ha ido haciendo en otras zonas”.
Además, dijo el presidente de la AMC, en los años ochenta la comunidad de investigadores en estas áreas de conocimiento era más pequeña, y ahora cuenta con más centros de investigación en ciencias de la Tierra, a diferencia de los que había hace 30 años. «Creo que es la conjunción de varios factores lo que ha permitido que tengamos avances y un mejor conocimiento de la geofísica y geología de la Cuenca de México y de otros lugares del país”, sostuvo.
El simposio con motivo del 30 aniversario del sismo de 1985, abordará los avances que existen en los sistemas de monitoreo y de prevención en la Ciudad de México y en el resto del país, “vamos a hacer un análisis de riesgo y a abordar los desastres de una manera mucho más amplía e integral, desde diferentes áreas del conocimiento», dijo.
La importancia de estas conferencias radica en su visión amplia y multidisciplinaria, incluyendo las ciencias sociales y económicas, lo cual podría abonar a que el país pueda establecer medidas de mitigación eficientes y reducción de riesgos ante diferentes tipos de riesgos y desastres; es decir, que no sean abordados desde un solo punto de vista como la geofísica, la geología, la física, la química o las ciencias atmosféricas.
Jaime Urrutia precisó que fenómenos naturales como los sismos se convierten en desastres “hasta que está presente el componente social”, por ejemplo, se podría registrar un terremoto de gran magnitud en un lugar despoblado y nadie se daría cuenta, sería un fenómeno geofísico de interés de estudio en el contexto de los riesgos.
Reconoció que lograr una participación amplia de especialistas en las diferentes disciplinas para analizar un tema como el terremoto de 1985, el cual afectó primordialmente a la Ciudad de México, y los estados de Michoacán, Guerrero y Jalisco, no es tarea sencilla “porque las comunidades estamos separadas, tenemos preocupaciones distintas, entonces el simposio en el Colegio Nacional está planteado de manera integral”.
Aseguró que la intención de invitar a los diferentes ponentes fue el que se conservara un espíritu inter y multidisciplinario. “Pensamos que se va a enriquecer el análisis y la discusión, lo cual se verá reflejado en las conclusiones de este evento”.