El neoliberalismo global afecta el desarrollo de las pequeñas y medianas empresas, como ocurre en Chile, donde la normatividad obliga a los empresarios de este sector a llevar hasta dos sistemas contables, expresó Norberto Rivas Coronado, académico e investigador de la Universidad de Santiago de Chile, quien inició las actividades del 3er Congreso Internacional “Horizontes de la contaduría en las ciencias sociales” realizado por el Instituto de Contaduría Pública.
En el marco del 70 aniversario de la Universidad Veracruzana, el investigador impartió la conferencia “Horizonte de la contaduría y la tributación en Chile enfocada a la Mipyme” y comenzó resaltando la situación en materia tributaria que se vive en el país sudamericano y en México al observar “cualquier coincidencia, parece que somos hermanos”.
Las economías globalizadas, como ocurre desde hace algunas décadas, impactan a las economías latinoamericanas, hecho al que se suman el desaceleramiento económico mundial, así como la aplicación de tratados de libre comercio pactados con países desarrollados.
“No pierdan de vista que Chile es un país bastante neoliberal y en muchos sentidos. La educación se paga, la salud se paga y la verdad es que hasta respirar se paga, el Estado tiene muy poca contribución a lo que es el bienestar social”, advirtió.
A pesar de los grandes esfuerzos realizados para salir y competir en los mercados internacionales, las condiciones son complicadas tanto en México como en Chile.
México se acaba de incorporar en este mes al Mercado Integrado Latinoamericano, acuerdo comercial y bursátil originado entre Colombia, Perú y Chile, hecho que impactará en gran medida la economía de nuestros países, afirmó.
Al respecto, planteó que “el gran desafío para nuestras economías es mitigar el proceso de desaceleración, que en el caso de Chile había mantenido una tasa de crecimiento anual de cinco a seis por ciento; es preocupante que se pronostique una tasa de dos por ciento anual del Producto Interno Bruto y estamos preocupados porque se aproximan dos años de economía en desaceleración”.
Reveló que la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos ha establecido criterios para clasificar a las pequeñas y medianas empresas, mismos que se basan en el número de trabajadores, ventas anuales y el balance anual de las mismas.
En Chile los criterios son diferentes, comentó, se clasifica a las empresas a través de dos sistemas: las ventas anuales y el número de trabajadores, “nos hace falta y es bien importante satisfacerlo al corto plazo, clasificar las empresas por actividad comercial ya que es posible encontrar aquellas que son registradas como ‘grandes’ en un sector pero como ‘pequeñas’ en otro”.
Observó además que la contabilidad a nivel mundial se ha desplazado hacia modelos y normas internacionales porque se trata de uniformar las prácticas contables, en las que Chile y México no son la excepción.
“A la autoridad tributaria le convendría eliminar todos los regímenes especiales y me he dado cuenta que en eso están ustedes, porque es más fácil controlarse de forma contable, aunque sea más complejo de llevar para las pequeñas empresas”, dijo.
Sin embargo, opinó que se debe tener cuidado con este lenguaje común “porque lleva incentivos perversos hacia los pequeños empresarios que no tienen la capacidad de optar hacia este lenguaje”.
Aunque facilita el trabajo para los inversionistas porque obliga a transparentar y publicar los datos financieros de las empresas pequeñas y medianas, obliga también a que estos empresarios tengan que llevar una doble contabilidad: la primera, para cumplir con sus obligaciones fiscales; la segunda, para compartir sus informes económicos.
“Para las pequeñas empresas es difícil ingresar en los regímenes, y las normas contables que se aplican en Chile son privadas, aunque existe una superintendencia que supervisa las normas; mientras que para el sector público existen sus propias normas, donde aparece toda la administración pública chilena, sin embargo el servicio tributario interno, que sería como el SAT en México, lleva a la pequeña y mediana empresa a usar una contabilidad que llaman simplificada pero que hace a los contadores llevar una contabilidad sólo para pagar impuestos, es bastante grave pero así funciona al día de hoy.”