Una técnica de fecundación in vitro (FIV) que congela sin excepción todos los embriones generados en un primer ciclo de tratamiento y los transfiere un ciclo más tarde como embriones descongelados no mejora el resultado obtenido. Esta firme conclusión, presentada hoy en la reunión anual de la Sociedad Europea de Reproducción Humana y Embriología (ESHRE) que se celebra estos días en la capital protuguesa, forma parte de un estudio liderado por Ernesto Bosch, director médico del Instituto Valenciano de Infertilidad (IVI) en Valencia.
“Lo que realmente hemos desmentido es que este procedimiento vaya a mejorar los resultados en pacientes en las que no hay ningún motivo para congelar los embriones –como hiperestimulación ovárica, patología endometrial o niveles hormonales incrementados durante la estimulación–”, ha explicado Bosch.a Sinc.
“Se trata de personalizar el tratamiento según la paciente. Por ello, en situaciones en las que ya sabíamos que congelar los embriones era beneficioso, lo mantenemos”, ha añadido el investigador español. “En el resto de situaciones, y siempre tratándose de pacientes que responden de forma normal –es decir, que generan entre cuatro y veinte óvulos– se obtienen resultados idénticos con y sin congelar”.
Investigación con 882 pacientes
Estudios anteriores (muy pocos y con limitaciones, ya que algunos solo incluían a mujeres con un endometrio menos receptivo al final de la estimulación) apuntaban que sí era bueno en todos los casos. De hecho, se afirmaba que este enfoque evita la transferencia de embriones en el ciclo de estimulación fresco y, por lo tanto, impide cualquier efecto adverso que la estimulación ovárica provoca en el medio ambiente uterino y en la implantación del embrión.
“Se había extendido la idea de que hacerlo en todas las pacientes era la siguiente estación a la que se tenía que llegar y nosotros hemos visto que no”, ha subrayado Bosch. “La congelación complica el proceso a pesar de que hoy en día es bastante rutinario y seguro, pero implica hacerlo en dos fases”.
La investigación incluyó a 882 pacientes con un primer o segundo ciclo de fecundación in vitro en la clínica IVI de Valencia; 364 de ellos (41%) tuvieron la transferencia de embriones en el ciclo inicial, y a 518 (59%) se les implantaron todos los embriones congelados para su posterior transferencia.
Cuando se compararon los resultados, no se observaron diferencias entre la tasa de embarazo en curso y la tasa de nacidos vivos (36,2% congelación vs 33,8% fresco). Es más, cuando se hicieron ajustes para la edad del paciente y otras variables que pudieran influir en los resultados, seguía sin existir evidencia de ningún impacto de la congelación.
Menos tiempo de espera y coste
La buena noticia es que el coste del tratamiento y el tiempo para que se produzca el embarazo “son más bajos en las transferencias de embriones frescos «, indicó Bosch. “El objetivo es evitar una situación que te obligue a congelar, limitando así el tiempo de espera de la paciente y los costes generados”.
Sin embargo, el investigador español sí ha señalado que todavía existe evidencia de que este enfoque de congelación de todos los embriones disminuye (incluso elimina) el riesgo de síndrome de hiperestimulación ovárica (SHO) en la FIV, que se incrementa después de la concepción, pero que no posee ningún otro beneficio adicional.
El experto agregó que algunas clínicas parecen haber introducido este tipo de congelación rutinaria en sus transferencias de embriones en FIV, aunque el número es desconocido. Para Bosch, sería necesario encontrar una fuerte evidencia en un ensayo aleatorio para que pudiera plantearse un cambio de política y abogar por la congelación de todos los embriones.
Referencia bibliográfica:
Abstract O-162, Wednesday 17 June. Elective frozen embryo transfer does not improve reproductive outcome in norm0-responder patients.
(Verónica Fuentes | Lisboa / SINC)