Desde que era una niña, Katia Silvera caminaba por los remotos bosques de Panamá y recogía plantas con su padre Gaspar, quien opera una pequeña empresa de orquídeas. Hace unos ocho años en una de esas caminatas, el equipo de padre e hija colectó una orquídea que resultó ser nueva para la ciencia. Recientemente ésta ha sido nombrada en su honor.
“La colectamos pensando que era otra cosa”, comentó la joven Silvera, que tiene una beca Tupper de tres años de duración en el Smithsonian en Panamá “Cuando floreció en el vivero nos dimos cuenta que no teníamos idea de lo que era.
La Lophiaris silverarum fue descrita formalmente por Germán Carnevali, experto en orquídeas con sede en México. Encontrada sólo en pequeñas zonas del centro de Panamá – en las provincias de Coclé y Veraguas – la descripción de la especie fue publicada en marzo en Phytotaxa.
Katia explicó que las dificultades para encontrar material suficiente para el análisis de la orquídea hicieron el ya largo proceso de nombrar a una nueva especie aún más elaborado. Sin embargo, después de una serie de estudios que incluyen comparaciones morfológicas tradicionales y la investigación del ADN, los científicos concluyeron que habían encontrado una nueva orquídea.
“Es difícil de encontrar. Hacemos mucho senderismo en busca de plantas y nos tomó años encontrar esta”, comentó. “Fue un proceso largo, pero fue muy emocionante ser parte de este.”
Silvera, que ha llevado a cabo investigaciones en el Smithsonian desde que era una estudiante de botánica en la Universidad de Panamá, comentó que referente a encontrarse con especies de orquídeas con las que no está familiarizada – Panamá cuenta con unas 1,100 de las cerca de 30,000 especies de orquídeas en el mundo – es normal, pero que después de un par de días de investigación, ya sea en el herbario del Smithsonian o el de la Universidad, por lo general sale a relucir un nombre.
La investigación de Silvera en el Smithsonian se centra en la evolución de la fotosíntesis en las orquídeas. En colaboración con el científico del Smithsonian, Klaus Winter, ha descubierto que muchas orquídeas utilizan la fotosíntesis CAM, la misma vía utilizada por muchas plantas suculentas para reducir el consumo de agua en climas secos.
“Muchas de las personas que estudian las plantas no les gusta estudiar a las orquídeas, ya que son difíciles de identificar”, comentó Katia. Además de ser la familia de plantas más numerosa en el mundo, muchas de ellas son difíciles de distinguir basándose sólo en la morfología. Las nuevas técnicas genéticas a menudo determinan especies distintas que fueron clasificadas erróneamente y constantemente existe la necesidad de cambiarles de nombre – en el curso de los estudios de doctorado de cinco años de Silvera, una orquídea que estudió, su nombre científico se le cambió tres veces. “Crecí rodeada de orquídeas. Tengo fascinación por las plantas, especialmente las orquídeas, y puedo aprender muy bien de ellas.“