El mexicano Roberto Carrasco Hernández desarrolló una tecnología que es capaz de medir la radiación solar a nivel de las vialidades. Con ella podría trazarse rutas de autos que funcionen con celdas fotovoltaicas, así como medir cuántos rayos ultravioleta llegan a las personas o una vía para evitarlos.
El doctor investigó las posibles aplicaciones de los servicios de Google para las ciencias de la atmósfera. En combinación con las herramientas correctas, el buscador puede convertirse en una tecnología auxiliar para calcular la radiación solar a nivel de las vialidades.
“Mediante las fotografías que posee Google Street View sería posible trazar mapas de optimización en la captación de radiación solar”.
El ex alumno del IPN y de la UNAM hizo esta investigación titulada Modelos de transferencia radiativa a nivel de un cañón urbano para obtener su doctorado por parte de la Universidad de Manchester, Reino Unido.
Durante el proyecto se calculó la radiación solar a nivel de la calle al considerar que los edificios tapan al sol y al cielo, y para conseguir la geometría de los edificios usó Google Street View.
“El problema para hacer esos cálculos sin la herramienta de Google es que son necesarios modelos 3D de la ciudad o área seleccionada, así como medir la altura de cada edificio, y es complicarlo o costoso conseguir los mapeos ya que se tendría que hacer vía aviones con un radar. Y bajo Modelos de transferencia radiativa a nivel de un cañón urbano su costo disminuiría”.
Los costos se reducen en gran medida al utilizar las herramientas y bases de datos gratuitas que propone el proyecto de Carrasco Hernández.
El investigador explica que, en un futuro, el sistema funcionaría como un servicio de los observatorios meteorológicos citadinos para dispositivos móviles inteligentes. Primero se requiere una medición de la radiación solar desde un observatorio, después el método calcula la fracción de radiación solar al nivel de la calle dadas las obstrucciones de los edificios, según las fotografías de Google Street View.
“A partir de Google Street View obtuve las imágenes de los edificios orientadas al norte, sur, este y oeste. Lo que permite estimar cuánto cielo hay y qué porción de la trayectoria solar se ve obstruida por algún edificio”.
Los datos podrían ser procesados automáticamente por cualquier dispositivo con acceso a internet y que pueda conocer su propia ubicación. Un sistema GPS en autos con celdas solares, por ejemplo, podría ser capaz de indicar el lugar ideal para recargar las celdas, al considerar la cobertura de edificios en los alrededores.
“Con la posición geográfica del vehículo, y con acceso a la base de datos de Google Street View vía celular podría conocerse qué hay alrededor e identificar el mejor sitio para recibir cantidades óptimas de radiación solar (también en combinación con los datos de radiación solar obtenidos a partir de los observatorios citadinos). Lo que nos interesa es saber, para cada punto de la ciudad, cuánta radiación llega”.
La información sobre la radiación solar a nivel de la calle también encuentra aplicaciones en la salud humana. Carrasco Hernández propone que este sistema lo podría usar la población a fin de saber por dónde moverse para recibir una dosis saludable de radiación solar y así promover la fijación de calcio en los huesos.
Con este sistema, que utiliza la base de datos de Google Street View, el biólogo Carrasco Hernández llevó a cabo cálculos de radiación solar en la ciudad de Manchester, Inglaterra, sin embargo, la aplicación puede llevarse a cabo en muchas otras ciudades de México y el mundo que tienen cobertura de Google Street View.
Carrasco Hernández detalla que —por ejemplo— en Australia están interesados en conocer la exposición de la población a la radiación solar, pues la mayor parte de la gente es de tez blanca y con un alto riesgo de desarrollar cáncer de piel por la exposición al Sol.
Al desarrollarse el sistema que se propone en este proyecto sería posible para una persona que no quiera exponerse al Sol, solicitar una ruta en la que evite los rayos ultravioleta o bien que se asolee en una cantidad óptima.
“El modelo creado fue aceptable, es decir, los cálculos realizados concordaban con las mediciones realizadas para validarlos. Lo que haría falta es que los observatorios de la ciudad adapten esta tecnología, ajustar mediciones a las condiciones particulares de la ciudad de México y faltaría el diseño para implementar un software en dispositivos móviles inteligentes. Nos encontramos en el punto inicial de esta propuesta, la parte rigurosa de los cálculos y las validaciones me llevó cuatro años”.
(Agencia ID)