La civilización maya emergió alrededor del año 1000 a.C., y se convirtió en la sociedad más avanzada de la época precolombina, pero después de llegar a su cima, entre los años 250 y 900 d.C. la civilización maya comenzó a decaer y el por qué ha sido un misterio para los científicos.

En el Soil Science of America Journal, un equipo interdisciplinario liderado por Richard Terry, de la Universidad Brigham Young, Estados Unidos, describe un estudio realizado en el suelo de zonas agrícolas donde se cultivaba maíz en Tikal. Los análisis develaron evidencia de que también se cultivaba el maíz en tierras bajas, donde la erosión es poca y donde presumiblemente la agricultura es más sostenible.

Sin embargo, los investigadores descubrieron evidencia de erosión en suelos de ladera, lo que sugiere que la agricultura se extendió a zonas más escarpadas, suelos menos adecuados con el paso del tiempo. Lo que apunta a que la agricultura practicada por los mayas ocupó terrenos poco sostenibles para el cultivo, provocando erosión, a tal punto que la zona en la que habitaban perdió sus propiedades para seguir cultivando alimentos, dijeron los investigadores.

Los resultados son sólo el ejemplo más reciente de cómo los características invisibles en el suelo (algo que los arqueólogos hacen a un lado), pueden ofrecer información valiosa en el estudio de las civilizaciones del pasado. Esto quiere decir que aunque las obras de arte y edificios se derrumben con el tiempo y las selvas eventualmente oculten los antiguos campos agrícolas, “la química del suelo permanece”, dijo Terry.

El investigador explicó que, por ejemplo, la mayor parte de la vegetación nativa de Tikal usa una ruta fotosintética llamada C3, mientras el maíz usa una llamada C4, así que la materia orgánica derivada de estas dos rutas es diferente, lo cual permite a los investigadores sacar conclusiones sobre los tipos de plantas que crecían en las tierras que analizaron.

Al evaluar el suelo en diferentes áreas de Tikal, Terry y sus colaboradores pudieron hacer un mapa de las zonas que se utilizaban para la agricultura, incluyendo las tierras bajas y las laderas más empinadas.

Estos resultados permiten hacer preguntas sobre las costumbres de las civilizaciones antiguas con respecto a la agricultura, algo que siempre ha interesado a los arqueólogos. Hoy día, las herramientas modernas de la ciencia del suelo facilitan a los científicos entender cómo manejaban sus recursos y cómo trataban a la tierra, que en este caso, no fue muy adecuado ya que provocaron la erosión de sus tierras.

“Estas herramientas abren nuestro pensamiento sobre el mundo de una forma diferente, y cambia el paradigma entre los estudios arqueológicos”, dijo Terry.

 

Referencias:

Richard L. Burnett, Richard E. Terry, Ryan V. Sweetwood, David Webster, Tim Murtha, Jay Silverstein. “Upland and Lowland Soil Resources of the Ancient Maya at Tikal, Guatemala”. Soil Science Society of America Journal.

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