“La obesidad surge entre los últimos 30 y 40 años como un verdadero problema de salud pública cuando encontramos que, en este momento, tres de cada cuatro camas de hospital están ocupadas por un paciente que tiene algo relacionado con la obesidad, como enfermedades cerebrales, infarto al miocardio, diabetes, problemas del hígado, problemas de la columna, etcétera”, afirmó Rafael Álvarez Cordero, fundador y presidente honorario del Colegio Mexicano de Cirugía para la Obesidad y Enfermedades Metabólicas, A.C. (CMCOEM).
En el marco de la 4a Semana de Prevención en la Salud en Universum, Museo de las Ciencias, se llevó a cabo la mesa de diálogo Lo que debes saber sobre obesidad, celebrada en el recinto como parte de las actividades del 25 aniversario del museo y en colaboración con la Asociación Nacional de Productores de Refrescos y Aguas Carbonatadas (ANPRAC).
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), en 2014, 11 por ciento de los varones y 15 por ciento de las mujeres eran obesos, y alrededor de 41 millones de niños menores de cinco años tenían sobrepeso o eran obesos. El sobrepeso y obesidad son el quinto factor principal de riesgo de defunción humana en el mundo; cada año fallecen 2.8 millones de personas adultas como consecuencia de ello.
¿Qué es la obesidad?
El cuerpo de un individuo en condiciones fisiológicas normales debe tener un porcentaje de grasa en proporciones equilibradas con la masa muscular y el volumen de agua de su cuerpo. Dependiendo de la magnitud en que el porcentaje de grasa corporal supere ciertos parámetros establecidos por las autoridades de la salud en los que se incurra en el desequilibrio de estas proporciones, se dice que el individuo está en una situación de sobrepeso u obesidad.
De acuerdo con el doctor Juan Pablo Méndez Blanco, actual coordinador de la Unidad de Investigación en Obesidad de la División de Investigación de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el término “obesidad” es un término muy generalizado, ya que este padecimiento puede tener una gran cantidad de causas y factores, como la edad, condiciones de vida e incluso la genética del individuo, que pueden determinar características muy específicas en cada persona que la padece.
Respecto a los tipos de obesidad en función de sus causas, Méndez Blanco, miembro nivel III del Sistema Nacional de Investigadores (SNI), añadió que “la cantidad de pacientes que tienen obesidad debido a causas genéticas demostradas no es mayor a nueve por ciento, las cuales sí tenemos muy bien definidas, sabemos que son desde la infancia y tienen un comportamiento específico; el restante 91 por ciento que nos queda, son sujetos que no sabemos específicamente por qué son obesos, y ahí viene una gran gama de posibilidades».
Para Virginia Tijerina Walls, coordinadora de Comunicación en el Observatorio Mexicano de Enfermedades No Transmisibles (OMENT), entre los tipos de obesidad existentes, otro factor determinante es la localización específica de los depósitos de grasa en el cuerpo, ya que esto influye en los padecimientos particulares que cada individuo puede desarrollar.
“El sobrepeso y la obesidad son consecuencias de un desequilibrio energético, donde estamos consumiendo más calorías de las que gastamos”, explicó la también profesora en la Facultad de Salud Pública de la Universidad Autónoma de Nuevo León.
Según la OMS, el sobrepeso se presenta cuando el índice de masa corporal se encuentra con valores entre 25 y 30, y la obesidad en valores mayores a 30, estando esta subdividida en obesidad de grado uno cuando se tiene de 30 a 35 puntos, obesidad grado dos de 35 a 40 puntos y grado tres cuando se superan los 40 puntos.
Algunos factores
La obesidad actualmente es considerada una epidemia en México. Entre los principales problemas identificados para que la población lleve una dieta adecuada se destaca que no hay recursos económicos suficientes para mantenerla, no se sabe cómo preparar los alimentos o no hay un gusto por consumir frutas y verduras, lo que son puntos muy importantes que deben ser tomados en cuenta para la adecuada solución de este problema de salud pública, consideró Tijerina Walls.
La realización de una actividad física constante es otro aspecto importante, ya que es un hábito que se forma desde la infancia en donde las instituciones de educación básica juegan un papel crítico para su establecimiento.
“A los niños, desde que entran a la escuela se les debe enseñar qué alimentos comer y en qué cantidad, además de higiene, cuidados personales y cómo lavar ciertos alimentos que pueden estar contaminados; aspectos que se enseñan en la actualidad, pero no con la intensidad necesaria”, afirmó el doctor Méndez Blanco a la Agencia Informativa Conacyt.
En la actualidad, ocho de cada 10 niños pasa en promedio más de dos horas diarias frente a la pantalla de un dispositivo electrónico, lo que favorece el sedentarismo desde edades muy tempranas y consecuencias que pueden ser el sobrepeso y la obesidad.
Aunado a esto, según el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT), los niños vieron televisión 4:34 horas diarias en 2014, ocupando el primer lugar a nivel mundial, siendo 117 por ciento más horas que lo recomendado por la Asociación Americana de Pediatría.
Obesidad y diabetes
El primer paso para conocer la relación entre la obesidad y la diabetes, así como prevenirla, es entender qué es la diabetes. En palabras del educador en diabetes certificado por el Consejo Nacional de Educadores en Diabetes y vocero de la Federación Mexicana de Diabetes, Enrique Vargas Blancas, “la diabetes es aquella condición médica en la que la producción de insulina es nula o de mala calidad, es decir, no funciona en nuestro cuerpo”.
La insulina es una hormona fabricada en el páncreas que ayuda a que nuestro cuerpo asimile la glucosa proveniente de los alimentos y la cual brinda a las células de nuestro cuerpo la energía necesaria para que estas realicen sus funciones.
La forma en que la insulina actúa en este proceso es como un catalizador, es decir, favorece las reacciones químicas necesarias para aprovechar la glucosa, actuando como la “llave” que da a la glucosa el acceso a las células de nuestro organismo.
Consecuentemente, la falta de glucosa en nuestro cuerpo hace que la glucosa no pueda entrar a nuestras células y estas se queden privadas de su principal fuente de energía, lo que tiene implicaciones que pueden llegar a ser fatales.
A grandes rasgos, el exceso de grasa corporal, principalmente abdominal, produce una toxicidad que entorpece los procesos de generación y aprovechamiento de la insulina. “La disminución del peso en 10 por ciento va a reducir aproximadamente de 30 a 40 por ciento la posibilidad de adquirir una enfermedad como la diabetes”, afirmó Vargas Blancas, licenciado en nutrición y bienestar integral por el Tecnológico de Monterrey.
Salud, vida en equilibrio
Sobre la exposición permanente Salud, vida en equilibrio expuesta en Universum, Rafael Álvarez Cordero dijo que si los 40 millones de niños que hay en primaria vinieran y vieran la exposición, entenderían la salud como un proceso dinámico que se tiene que cuidar todo el tiempo.
Afirmó que un problema que atañe a la población mexicana es que, aunado a un diagnóstico de sobrepeso u obesidad, se presenta la negación de vivir estos padecimientos. Esto es un problema grave que se llega a dar incluso en el seno de las familias mexicanas cuando, por ejemplo, un niño es quien la padece y los padres no asumen la responsabilidad de tomar los cuidados que conlleven a hábitos alimenticios y de actividad física que mejoren la condición del menor.
Previo a la mesa redonda celebrada, se llevó a cabo un recorrido por la mencionada sala de Universum, donde se destacó la importancia de que los hábitos son construidos no solo por nosotros mismos sino también por quienes nos rodean, ya que su apoyo es fundamental para hacer parte de nuestra vida las actividades que nos pueden ayudar a tener una vida sana.
Hábitos como comer en casa y preparar los alimentos propios para el transcurso del día cuando se tiene una rutina laboral, en vez de comprar alimentos en la calle o en restaurantes, además de ayudar a ahorrar dinero, favorecen a tener un mejor control de lo que comemos y las calorías que ingerimos a diario.
Otro factor que interviene en favorecer la obesidad es el modelo de vida que actualmente tenemos, el cual genera que haya poca interacción familiar, disminuyendo la educación alimenticia que se tiene en casa.
¿Qué alternativas se tienen para prevenir y curar la obesidad? Los especialistas coincidieron que son la educación, el monitoreo constante de nuestro cuerpo, poner de nuestra parte como individuos para realizar las rutinas necesarias para mantener un peso saludable de acuerdo con nuestras condiciones de vida e influir en quienes nos rodean para que ellos también lleven una vida sana, lo cual, a la larga, también se verá reflejado en nosotros mismos.
9 cosas que debes saber sobre la obesidad en México
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