Con toda la fanfarria por el aterrizaje, en agosto de 2012, del vehículo explorador de Marte, Curiosity (Curiosidad, en idioma español), en el Planeta Rojo, es fácil olvidar que ya hay un vehículo explorador en Marte; se trata de un «primo» más viejo y más pequeño que deberá llevar a cabo una hazaña sin precedentes en la historia de la exploración del sistema solar.
El vehículo explorador de Marte, Opportunity (Oportunidad, en idioma español), está a punto de finalizar la primera maratón extraterrestre.
Una maratón tiene una extensión de 42,16 kilómetros (26,2 millas). Cuando Opportunity se posó sobre Marte, en el año 2004, el objetivo de la NASA fue lograr que el vehículo explorador recorriera apenas 600 metros. Sin embargo, nadie sabía qué clase de «corredor» resultaría ser Opportunity. Desde julio de 2012, Opportunity ha viajado casi 35,40 kilómetros (22 millas); solo 6,75 kilómetros (4,2 millas) menos que el recorrido de una maratón completa.
El corredor y autor Hal Higdon dijo una vez: «La maratón nunca deja de ser una carrera de alegría, una carrera de asombro». Eso vale doble para una maratón en otro mundo, donde cada kilómetro promete un nuevo descubrimiento.
La misión principal de Opportunity es buscar signos de agua que pudo haber existido en la antigüedad. Hoy, el Planeta Rojo es un desierto totalmente seco, con una atmósfera impresionantemente delgada, condiciones mortales para prácticamente toda forma de vida conocida sobre la Tierra. Hace miles de millones de años, sin embargo, las cosas podrían haber sido diferentes. Muchos investigadores creen que Marte era más cálido, más húmedo y más amigable para la vida marciana. La tarea de Opportunity es buscar pistas de esa época pasada.
Ya llegar a la línea de partida fue algo épico: «Este particular maratonista tenía que volar aproximadamente 455 millones de kilómetros (283 millones de millas) a través del espacio antes de ser depositado, sin ceremonia alguna, sobre la superficie marciana», dice Ray Arvidson, quien es el principal investigador asociado de la Misión del Vehículo Explorador de Marte (Mars Exploration Rover Mission, en idioma inglés).
Al igual que muchos corredores de fondo, a Opportunity le agrada «ir despacio». En un típico día de recorrido, el vehículo explorador se desplaza solamente de 50 a 100 metros. Esto le proporciona tiempo para hacer una pausa y buscar lo desconocido. Asimismo, permite a Opportunity tomar una considerable cantidad de fotografías en el camino. Recientemente, el vehículo explorador envió a la Tierra su imagen número 100.000, lo que constituye un impresionante panorama.
Opportunity primero descubrió signos de agua en depósitos cercanos al sitio de aterrizaje en el cráter Eagle. Había rocas que parecían haberse formado en un antiguo lago superficial. Durante los siguientes cuatro años, Opportunity hurgó en cráteres cada vez más grandes y profundos y halló más evidencia de períodos húmedos. No obstante, encontró indicadores de que el agua de un antiguo lago podría haber sido demasiado ácida como para albergar vida.
El maratonista metálico pronto puso la mira en el cráter Endeavour, un enorme hoyo de 22,5 kilómetros (14 millas) de ancho y cientos de metros de profundidad. La profundidad de Endeavour ofrecería una mirada hacia la historia de Marte, hacia una época en la que el agua posiblemente era menos ácida. La ruta de la maratón que cruza la llanura Meridiani de Marte hacia Endeavour era un osado sendero, sin puestos de asistencia en ningún lado.
Furiosas tormentas de polvo redujeron tanto la energía solar del vehículo explorador que Opportunity casi entró en el «sueño de la muerte»; suaves y arenosas ondas formadas por el viento tendieron una trampa a las ruedas del vehículo explorador y resultó herido: una falla en el accionador frontal derecho de dirección de Opportunity hizo que avanzar fuera difícil. Cada vez más ingenioso, el vehículo explorador corrió parte de la carrera dando marcha atrás.
«El recorrido llevó a Opportunity por lechos de roca sedimentaria compuesta de minerales como el sulfato de magnesio, de hierro y de calcio (más indicadores de la existencia de agua hace miles de millones de años)», dice Arvidson.
Cuando el maratonista llegó al cráter Endeavour, en agosto de 2011, las cosas se pusieron interesantes.
«Endeavour está rodeado de roca sedimentaria con fisuras y las grietas están repletas de yeso. El yeso se forma cuando el agua del suelo asciende y llena las grietas depositando así sulfato de calcio hidratado. Esta es la mejor evidencia que hemos encontrado de la existencia de agua líquida en Marte».
Las vetas de yeso probablemente se formaron bajo condiciones de pH más neutro y posiblemente más favorables para la vida: ¡Bingo!
Pero este maratonista no ha terminado aún. A Opportunity le está yendo tan bien que los 42,16 kilómetros (26,2 millas) podrían no ser la línea de llegada después de todo.
«No tenemos planes de detenernos», dice Arvidson.
¿Alguien se postula para una ultramaratón extraterrestre?
Para un video del Opportunity y su recorrido, aquí