SIP Innovation tiene como clientes a inventores independientes y empresas que buscan la patente, marca, planes de negocio o constituir una empresa. A las universidades las asesoran para vender la tecnología que generan, o bien, vincularlas con un socio estratégico.
Ramón Sánchez Anguiano, de profesión contador, inventó una válvula para ahorrar agua y una tecnología mediante la cual se clausura el servicio por cuestiones de adeudo. Desde el 2004, este emprendedor se acercó a una consultora de negocios para que le asesorara a identificar el potencial de mercado, plan de negocios y realizar trámites de patente.
A partir de esa fecha, este emprendedor recorrió todo el proceso para que su invento esté en el mercado. Primero fue solicitar la patente, después un modelo de utilidad y de manera posterior logró una licitación en diversos estados del país para venderles cerca de 200 mil válvulas, lo que lo ha llevado a ser un emprendedor exitoso.
Rafael Tejeda fue otro de los emprendedores que decidió apoyarse de una firma consultora. El diseñó unos teléfonos donde se puede comprar saldo para celulares y logró establecer convenios con Movistar y Telmex (empresas de telefonía).
La ingeniera Martha Laura López Orué, directora de SIP Innovation, explicó que el concepto de la consultora no es ayudarlos a hacer trámites; su función es que los emprendedores y las pequeñas y medianas empresas encuentren un inversionista o empiecen a comercializar su producto. “Hasta la fecha hay pocas instituciones o personas que hacen este tipo de trabajo, desde analizar la oportunidad de negocio que puede estar asociada con la solicitud de patente hasta colocarlo en el mercado”.
Hace unos años se publicó la convocatoria para certificación de oficinas de transferencia en ciencia y tecnología de la Secretaria de Economía y Conacyt, donde apoyaban a universidades y centros de investigación para establecer sus políticas de propiedad intelectual y plan de negocios. SIP Inovation hizo una propuesta de plan de trabajo, la aceptaron y a partir de eso los contrataron en cinco entidades del país en el último año.
SIP Innovation tiene como clientes a inventores independientes y empresas que buscan la patente, marca, planes de negocio o constituir una empresa. A las universidades las asesoran para vender la tecnología que generan, o bien, vincularlas con un socio estratégico.
“Si alguien ya tiene una invención y la quiere proteger, se acerca con nosotros. Lo primero que hacemos es un convenio de confiabilidad, una reunión para conocer la invención, en qué nivel de desarrollo está, si hay un posible cliente, qué solicitud en trámite tiene; con este diagnóstico identificamos los servicios que necesita y hacemos el plan de negocio”.
Agregó que cuando el inventor ya tiene el producto casi listo les ayudan a identificar al socio ideal, o si es necesario conformar una empresa, vender o licenciar el invento. Incluso hacen un perfil del emprendedor para ver si puede ser gerente de la empresa o buscar a otra persona a fin de cubrir esa función.
Como consultora, SIP Innovation identifica la posible comercialización de la tecnología de sus clientes. También les dice cuando no es posible comercializar el producto porque resulta más costoso producirlo frente a las ganancias posibles.
Además identifica a los inversionistas enfocados alimentos, a industrias verdes, sólo a tecnología, reúnen a inversor-emprendedor para que se conozcan y lleguen acuerdos, de no lograrse se busca otra opción, por ejemplo, de no haber inversionista pueden crear su propia empresa.