En un época dominada por los videojuegos, la televisión y el internet, el papel de la divulgación científica debe buscar caminos innovadores para interesar al público, y uno de ellos es la narración, ya sea en cuentos, novelas o cómics, asentó el doctor Aquiles Negrete Yankelevich, del Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades de la Universidad Nacional Autónoma de México, durante el VIII Foro de Ciencia, Tecnología y Sociedad realizado en la USBI.
El doctor en Comunicación de la Ciencia, Aquiles Negrete, dictó la conferencia “Procesos narrativos en la comunicación de la ciencia”, en ella habló de la importancia de que los divulgadores descifren qué es lo que le interesa a la gente saber, lo cual normalmente no son las ciencias puras.
En este sentido, Negrete Yankelevich dice que para comunicar la ciencia hay que encontrar un medio atractivo, usarlo de forma correcta y tratar en la mayor medida de no distorsionar la ciencia en favor del medio que usamos para comunicarla.
Otro aspecto muy importante a considerar es que no se debe pensar en el público como una cubeta vacía, ellos poseen información, a veces más que el propio científico, debido a la experiencia que tienen en un entorno, que el científico sólo posee en teoría. Por eso, explica Negrete Yankelevich, él ha realizado una serie de proyectos de divulgación con cómic, donde toma en cuenta la cultura de las personas de una zona, por ejemplo, mencionó un cómic en el que se creó una historia, con personajes y anécdota en la que hablan a los lectores, en parte, del desarrollo sustentable y del uso de plantas medicinales, asimismo, realizó un cómic que da información sobre cómo prevenir el SIDA.
Mediante una serie de evaluaciones comprobó que al introducir cierta información, no de forma detallada o concienzuda, entre los problemas de los personajes o de la historia en general, los lectores recuerdan con mayor facilidad datos. La clave, parece ser, que en la divulgación hay que interesar a los lectores, y con la narración se facilita despertar ese interés porque las historias pueden conmover y darle un aspecto más cotidiano a la ciencia. Asimismo, hay que elegir un tema que pueda resultar interesante para el público.
Parte de la labor del divulgador es entender que la ciencia es parte de la cultura y debe abordarse de una forma amena y con el mismo peso que cualquier otra aspecto de las artes, con creatividad e multimedios, de esta forma será más fácil que los lectores asimilen nuevo conocimiento.
Asimismo, el divulgador debe comprender que no está reprogramando, sino que está practicando la alfabetización científica, enfocada en que las personas tengan la información necesaria para interesarse en la ciencia y para poder opinar en el campo, por ejemplo, de un proyecto de construcción de una planta nuclear o sobre el acelerador de partículas, es decir, que no se trata de enseñarles minuciosamente el funcionamiento de cada cosa, sino interesarlos y darles herramientas para opinar.
“Hay que ser aventurados, hay que atacar el problema fijándose en lo que la gente está haciendo y lo que le gusta”, dijo el doctor, porque así se podrá crear una estrategia para captar su atención. Por ejemplo, citó el caso de una exposición que ha tenido mucho éxito, la de los cuerpos plastificados creada por Gunther Von Hagen. Esta exposición ha estado en muchos lugares y lo que principalmente atrapó la atención de los visitantes fue el morbo, hubo mucho revuelo acerca de la ética de esta exposición pero atrajo a muchas personas, las cuales podían decir que sí habían aprendido algo debido a que había una explicación y breve clase de anatomía.
La conclusión del doctor es que hay que buscar nuevos medios, unir varias disciplinas y adentrarse en cosas que tal vez no dominemos como el dibujo o el video, no tener miedo de explorar nuevas formas de comunicación.