El pasado sábado el Dallas Safari Club, un club de caza del sur de Texas, ha subastado un permiso para cazar un ejemplar de rinoceronte negro en Namibia. Esta subasta está apoyada por el gobierno y biólogos de la República de Namibia, y por el Servicio de Pesca y Vida Silvestre de EE UU.
Según los organizadores, esta licencia permite cazar a un rinoceronte “viejo, no apto para la cría, y conocido por su agresividad a la hora de atacar y matar a toros más jóvenes, vacas y terneros en el Parque Nacional Mangetti”. Señalan que los beneficios de la venta estarán destinados a programas de conservación de rinocerontes.
Debido a lo polémica que resulta la iniciativa, instituciones en defensa de los animales intentaron detener la recaudación de fondos y miembros del club afirmaron haber recibido amenazas de muerte. Un total de 8.000 personas firmaron una petición para que se paralizara la subasta.
“La ciencia detrás de esta caza es irrefutable. Y la extracción de un animal para la mejora de una especie, especialmente una tan amenazada como el rinoceronte negro, en la práctica es conservación», dijo Bill Demmer, presidente del Boone and Crockett Club, organización de cazadores fundada en los EE UU, que se considera a sí misma conservacionista.
Demmer añadió que añadió que el proteccionismo es “una visión demasiado estrecha en un mundo moderno donde los recursos naturales son demasiado preciosos para dejarlos al azar”.
Por su parte, los grupos defensores de animales han criticado de forma contundente esta acción. “Es un esfuerzo profundamente retorcido para darle un giro responsable a la caza de trofeos”, expone Jeffrey Flocken, de la Fundación Internacional para el Bienestar de los Animales (IFAW, por sus siglas en inglés).
“Desde una perspectiva ecológica, no existe ninguna diferencia entre si el cazador está motivado por la codicia, por la pobreza, o por un estilo increíblemente insípido y moralmente repugnante para la decoración de interiores”, argumenta Flocken.
Una especie amenazada por la caza furtiva
Actualmente existen 5.055 rinocerontes negros (Diceros bicornis) y 20.405 rinocerontes blancos (Ceratotherium simum) en África, según indica el Programa Global de Especies de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN).
Esta misma institución incluía en 2011 al rinoceronte negro occidental (Diceros bicornis longipes), que habitaba en Camerún, en la lista de especies extintas debido a la caza furtiva. El último ejemplar vivo fue visto en 2006.
En 2012 668 rinocerontes fueron cazados en Sudáfrica, un 67% más que el año anterior. En marzo de 2013 este número ya ascendía a 128, según el Gobierno sudafricano. Cerca de 2.400 rinocerontes han sido asesinados en África desde 2006.
El comercio ilegal de cuerno de rinoceronte proviene principalmente de organizaciones criminales que los transportan hacia Vietnam y China. El precio del kilogramo de cuerno de rinoceronte alcanza en el mercado negro los 65.000 dólares (49.900 euros), más que el oro, el diamante o la cocaína.